Luis Velázquez | Escenarios
27 de julio de 2021
UNO. Ascendido priista jarocho
Raúl Díaz Diez es priista. Fue presidente del PRI jarocho y regidor. También anduvo por ahí en el CDE. Soñó de nuevo con la regiduría, pero se le atravesó su examigo, Marlon Ramírez, y “lo tumbó del caballo a la mitad del río” con puñalada trapera.
En su tiempo se la jugó con José Yunes Zorrilla en la candidatura priista a gobernador.
Toda su vida en el priismo ha sido leal a la senadora de la república, Beatriz Paredes Rangel, y ahora lo acaba de nombrar secretario particular.
Desde hace varias semanas, labora en la Ciudad de México en el Congreso de la Unión.
DOS. En las grandes ligas
De hecho y derecho está ya en las grandes ligas. Por ejemplo, lleva la agenda de la Senadora y quien anda en un activismo total y pleno, como en los mejores tiempos del tricolor.
Y a cada rato se reúne con las figuras estelares del priismo. Y con la oposición. Y los líderes nacionales y estatales del partido tricolor.
Y con los senadores de las comisiones a las que pertenece en el Congreso federal.
Y Raúl Díaz, operando con eficacia y eficiencia y prontitud y discreción.
TRES. Ranchero de primer nivel
Díaz Diez tiene forma íntegra y honesta de vivir, casado con dos hijos.
Su abuelo, el doctor Carlos Díaz Román, quien fuera rector de la Universidad Veracruzana, médico prestigiado, le heredó un rancho y es un ranchero de primer nivel.
Desde que el PRI fue lanzado de la gubernatura de Veracruz en los años 2016 y 2018, se concentró en el rancho dando un impulso a la agricultura y ganadería.
CUATRO. Juntos, pero no revueltos
Inició en política con su maestro Gabriel Pérez, conocido como “El chopo”, compañero de Fidel Herrera Beltrán en la facultad de Leyes de la Universidad Veracruzana, y quien lo ungiera alto funcionario de la Procuraduría de Justicia.
En aquel salón de clases virtual, “El chopo” tenía a varios jóvenes, además de Raúl Díaz, y entre otros, a Carolina Gudiño Corro y Marlon Ramírez.
Luego, y guiado por El chopo, Raúl Díaz se ocupó en el proselitismo priista e incorporó a otra pléyade de chicas, entre ellas, Anilú Ingram Vallines y Fabiola Balmori.
Después cada quién agarró camino, aun cuando en el manto protector de El chopo quedaron, pero separados, Raúl Díaz y Marlon.
CINCO. Aventajada discípula
De aquel grupo, quizá Carolina Gudiño alcanzó niveles insospechados.
Por ejemplo, en menos de un sexenio, Fidel Herrera Beltrán, fue directora del Instituto de la Mujer, diputada local y federal y presidenta municipal de Veracruz.
En el fidelismo, todavía le alcanzó el tiempo para jugar de nuevo la diputación federal pero fue derrotada en las urnas.
“Lo bailado ya nadie se lo quita” y todavía sueña con ocupar la presidencia del CDE del PRI cuando Marlon, su examigo, se ocupe de la curul local donde aterrizó por la vía pluri.
SEIS. De la provincia al altiplano
Raúl Díaz está en el altiplano. Allá, y desde el Senado, opera. Incluso, y hasta donde se sabe si bien se sabe, es un político plural y convive con otros senadores tanto priistas como de otros partidos, entre ellos el panista Julen Rementería del Puerto.
Más, mucho más ahora cuando la alianza del PRI, PAN y PRD tiende a multiplicarse de cara al futuro que es y viene…digamos, el año 2024 con la candidatura a gobernador de Veracruz.
Díaz Diez, mirando la vida pública desde el árbol más alto y frondoso del bosque…