Luis Velázquez | Malecón del Paseo
EMBARCADERO: La vida de Ray Charles, el dios del jazz, fue maravillosa y deslumbrante… Por ejemplo, era un niño hijo de una madre soltera y pobre, muy pobre, al grado de la miseria… El padre los abandonó y se fue con otra y nunca, jamás, se encargó de ellos, dos hermanos… De niño, Ray Charles, quien era ciego, fue incapaz de salvar a su hermano menor ahogado en un timbal con agua pues nunca pudo ubicar el origen de los gritos desesperados… Un día, su madre fue categórica y lacónica… “Vete del pueblo… Aquí, nunca harás nada”…
ROMPEOLAS: Para entonces, y en secreto, Ray Charles recibía clases de piano de un viejo maestro, modesto, sencillo y pobre, en el pueblo, y quien además tenía un tendajón donde vendía de todo, como en las boticas y misceláneas aldeanas… Y Charles se fue, sin conocer a nadie, a Dallas… Y tocó puertas… Y luego de andar de un lado para otro, en la miseria más atroz y brutal, haciendo una comida por día, y mal comida, una puerta se abrió… Fue en un restaurante como pianista en la noche… Tenía tanta hambre de ser y estar que cada noche dejaba la vida tocando y cantando con una pasión descomunal, reciclada en la miseria, sin nunca, jamás, rendirse…
ARRECIFES: Su fama empezó a trascender en Dallas… Era 1957… Y tenía una filosofía de vida… “Cada noche es nueva para mí”, decía… Y cada noche, frente al piano, tocando jazz, se reinventaba… Pero más, renovaba el jazz, su pasión, en ningún momento, digamos, para pasar el rato como el caso del cineasta Woody Allen, quien solía llegar a un bar en la noche para tocar jaz… Y/o como Bill Clinton, quien tocaba jazz en el saxofón y lo tocaba en cenas en la Casa Blanca para amigos invitados…
ESCOLLERAS: Declarado sumo sacerdote del jazz, ciego, discapacitado de las piernas, llegó a tener una orquesta con solistas y con grandes éxitos en Estados Unidos de ciudad en ciudad… Las mujeres de color lo buscaban para vivir a su lado… Incluso, viajó al extranjero y llegó a Europa y luego a Japón en conciertos mundiales… Pero para entonces, se había vuelto un cocainómano… Todos los días necesitaba drogarse… Incluso, aprendió él solito a inyectarse la droga… Y la familia, su esposa e hijo, lo abandonaron… Todo le había soportado la señora, hasta la infidelidad, pero Charles ya miraba fantasmas y seres extraterrestres que lo seguían y perseguían en sus viajes drogadictos…
PLAZOLETA: Tocó fondo… Primero, por la droga… Y segundo, porque sus administradores lo estafaban… Incluso, hasta fue encarcelado por fraude fiscal… Fue cuando se sometió a un tratamiento… Un tiempo se retiró del escenario y las candilejas… Muchos meses demoró internado… Los médicos lo amarraban de pies y manos a la cama… Y hasta camisa de fuerza le
ponían y vigilaban par de enfermos rollizos y fuertes, atléticos… Fue lucha tenaz, dura y atroz… Y se recuperó… Y nunca volvió a la heroína…
PALMERAS: Y de nuevo, a comenzar en la vida artística… Y, claro, resurgió con éxito… Y los cabarets y teatros y disqueras lo recibieron con beneplácito… Otra vez en la fama, y él mismo administrando sus bienes, vigilando cada peso y su destino, construyó una escuela para ciegos y sordos y creó una fundación para fondear recursos y garantizar su existencia… Y su esposa lo perdonó y su hijo lo aceptó con muchísimo cariño… Siempre vivió pendiente de su señora madre…