Luis Velázquez Barandal
24 de abril de 2019
ESCALERAS: El presidente de la república reactivó la posible destitución del Fiscal Jorge Wínckler en su última gira en Veracruz.
En la conferencia de prensa mañanera efectuada el lunes 22, los medios y AMLO se ocuparon del asunto.
El Fiscal, dijo el líder máximo de MORENA, será investigado… más de lo que ha sido por el gobierno local.
En el caso, ninguna prueba de una liga con la delincuencia organizada, “pero no está bien recomendado”, digamos, porque fue nombrado a propuesta de Miguel Ángel Yunes Linares y el visto bueno de la LXIV Legislatura
PASAMANOS: Así, tomó forma el pleito verdulero entre el gobernador y el fiscal. Y verdulero, porque se trata de una vulgar pelea por el control del poder absoluto.
Nunca antes entre las elites políticas en turno tanto rencor y odio.
Ni el odio, digamos, de Miguel Ángel Yunes Linares contra Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán…
Y de Dante Delgado contra Patricio Chirinos Calero…
Y de Agustín Acosta Lagunes contra Rafael Hernández Ochoa… ha alcanzado la dimensión estelar del caso Cuitláhuac y Wínckler.
Digamos, y para elevar el conflicto sicológico y siquiátrico a la categoría universal, el mismo odio del general Lázaro Cárdenas contra el general Adalberto Tejeda y que por eso mismo lo llevara a elegir por dedazo a Miguel Alemán Valdés gobernador de Veracruz cuando el góber electo, Manlio Fabio Altamirano, fue asesinado en la café Tacuba de la Ciudad de México.
Rencor y odio, pues, histórico, mítico, legendario.
CORREDORES: 5 meses después, el gobierno de Veracruz ha fracasado en su intentona de destituir al Fiscal y ningún argumento de peso y con peso existe para.
Y, bueno, si AMLO dijo que Yunes Linares lo dejó ha de recordarse que el Poder Legislativo de Veracruz decidió en tiempo y forma, en el duartazgo, que el Fiscal duraría, igual que en el resto del país, 9 años.
Y si Wínckler continúa, simple y llanamente, cumple su tiempo, en ningún momento porque Yunes lo haya dejado.
BALCONES: El espectáculo sigue reactivado por AMLO.
Además, cuando el presidente tabasqueño casi casi glorificó a Cuitláhuac. Honesto, inteligente, limpio, capaz, transparente, con todo y que Veracruz chorrea sangre, asesinatos, feminicidios y fosas clandestinas.
¡Aplausos, aplausos!
Y si Plutarco Elías Calles llamaba “Mi muchacho” a Lázaro Cárdenas, de igual manera, AMLO bien podría adjudicar el mismo adjetivo a Cuitláhuac. “Mi muchacho. Mi sabadaba. Mi góber fifí y salsero”.
La incógnita está en preguntarse por cuánto tiempo más, primero, durará el pleito verdulero.
Y segundo, si el góber destituirá al fiscal.
Tercero, si el fiscal la librará y cumplirá los 9 años de ejercicio.
Y cuarto, si el fiscal cae, si le armarán algún delito con orden de aprehensión y terminaría en el penal de Pacho Viejo para hacer compañía a su antecesor.
PASILLOS: Luego del chocholeo de AMLO al góber, Cuitláhuac quedó y se siente más poderoso que nunca.
Desde luego ha de recordarse el tiempo faraónico e imperial del priismo del siglo pasado cuando el presidente de la república y el mandatario de Veracruz eran priistas, y el jefe del Ejecutivo Federal se desbalagaba por el góber local.
Lo mismito que AMLO aplicó con Cuitláhuac.
Pero, bueno, en la conferencia mañanera quedó manifiesto el trasfondo, como es el viejo conflicto entre el presidente y Yunes Linares.
Con todo, nadie puede gobernar con el hígado y el corazón por delante, pues ya con los políticos priistas y panistas tuvimos de sobra y la población se cansa y harta.
VENTANAS: Una de dos: luego de la conferencia mañana de AMLO, caso Fiscal, el gobierno de Veracruz se aplica para su destitución antes, mucho antes de que sigan como “el hazmerreír nacional” (diputado José Magdaleno Rosales) o quizá, acaso, el obradorismo metería las manos en defensa del gobernador.
Y de ser así, quedaría manifiesto que Cuitláhuac ni es inteligente, ni capaz, ni transparente.
Y es que a estas alturas, la política está convertida en un patio de vecindad donde un par de boxeadores callejeros (el góber y el fiscal) están con las pulsadas, sin que nadie pueda ganar.
Y mientras, en el otro lado de la cancha social, 8 millones de habitantes clamando seguridad y justicia.
PUERTAS: El góber sigue perdiendo los estribos ante el fiscal. La penúltima vez lo llamó “muy mentiroso” para describir el número adulterado de secuestros y feminicidios.
Luego, “se lavó las manos” y como niño berrinchudo, cero neuronas de inteligencia, inteligencia política, cálculo político, frialdad política, dijo que el fiscal “puede decir lo que quiera”
Entonces, se justificó ante la población y el país:
“En Veracruz hay inseguridad como en la mayoría de los estados. Más complicados, dijo, son el estado de México y Michoacán”.
Incluso, descarriló en la mesura y la prudencia:
“Con o sin el fiscal, dijo, la violencia bajará”.
¡Vaya consuelo infantil para la población civil, tan encendida y encolerizada con la ola de violencia y que lo ha expresado en marchas y plantones, con la solidaridad de la elite eclesiástica de Veracruz…, ante el silencio, lógico, de los evangélicos.
CERRADURAS: Las preguntas de los medios a AMLO sobre el fiscal abrieron la puerta para que el caso brinque al Palacio Federal.
Y si alguna vez trascendiera que la secretaria de Gobernación dejó claro que el asunto Wínckler correspondía al gobernador, ahora, mucho se duda.
Por eso quizá el Fiscal buscó un puentecito con la Comisionada Nacional de Búsqueda de Desaparecidos cuando anunciaran la última fosa clandestina, ahora en Úrsulo Galván, con unos doscientos cadáveres, se afirma.
Por ahí, Wínckler se estaría colando en la cancha federal.