Luis Velázquez | Malecón del Paseo
EMBARCADERO: Cada mañana, entre las 5:10 y 5:20 am, puntuales, puntualitos, un trío de burócratas de la Limpia Pública pasan por la calle con el camión de la basura… Ni un minuto antes, ni un minuto después… Son unos príncipes del reloj suizo… Y son admirables y dejan perplejos, porque siempre pasan, “llueva, truene o relampaguee”, a la misma hora… Además, contentos y alegres con la chamba desempeñada… A veces, uno que otro va cantando… Otras, las carcajadas de algún chiste despierta a la gente en el penúltimo viaje onírico…
ROMPEOLAS: Un empleado maneja el camión de la basura… Otro, va trepado en la parte trasera, digamos, la batea, para acomodar las bolsas negras con los desechos orgánicos e inorgánicos… Y otro, quizá el más joven, y lleno de energía, corre en la calle de cesta en cesta de la basura para arrojarla sobre la batea… Como jugadores en un equipo de bastquetbol en la cancha están muy bien sincronizados… Las madrugadas cuando llueve se cubren con un impermeable sencillo y corriente y es cuando más se pitorrean de la vida… Ellos, en sus pláticas, no dialogan, sino gritonean…
ARRECIFES: Antes, solía despertar con el reloj a una hora determinada… Pero desde hace mucho tiempo, los recolectores de basura son el reloj puntual, puntualito… A veces, y como resulta natural en el reloj biológico de la vida, les gano y quedo un ratito sentado en la cama calentando los huesos y esperando el momento cuando pasan… Luego, se pierden en la madrugada tranquila y apacible interrumpida por ellos y entonces, por ahí, se escucha el ronroneo de una pareja de gatitos haciendo el sexo… Pocos minutos faltan para que también el perro de la vecindad empiece a ladrar y luego, por inercia, le sigan otros… Nadie en la vecindad tiene gallos ni gallinitas que perseguir…
ESCOLLERAS: En 1991 fue estrenado el filme Frankie y Johnny con Michelle Pfeiffer, interpretando a una camarera, y Al Pacino, a un cocinero… Los dos andan en la vida sin compañía y solitarios… Los dos, tratando de cicatrizar heridas sentimentales… Los dos, alérgicos a una nueva relación… Pero en el día con día laboral se van re/conociendo y terminan viviendo juntos como pareja… Su jornada laboral termina hacia las doce de la noche y se van a un restaurante por ahí a cenar… Luego, a casa… Uno al otro se baña y terminan haciendo el amor hasta que escuchan el ruido del carro de la basura en el callejón… Entonces, extenuados y satisfechos “en el reposo del guerrero”, quedan dormidos, desnudos y empiernados, y despiertan hacia las once de la mañana para desayunar y alistarse para la chamba…
PLAZOLETA: En la película de Nicole Kidman y Clive Owen intitulada “Hemingway y Gelhorn”, el Premio Nobel de Literatura suele despertar cuando escucha el ruido del carro de la basura en la calle y la despierta haciéndolo el amor con ternura y suavidad y sin prisas sus manos recorriendo su cuerpo desnudo… Durante una hora se aman y a las 6 en punto, Hemingway se levanta derecho, derechito a la máquina de escribir para teclear las mil palabras diarias que tenía de cuota…
PALMERAS: El carro de la basura, entonces, se ha convertido en un punto de referencia en la vida cotidiana… En el tiempo estudiantil nos zambullíamos en la efervescencia etílica hasta escuchar el camión de la basura y era la hora para dormitar un rato y esperar las 7 de la mañana y salir corriendo al salón de clases… Entonces, éramos jóvenes, felices e indocumentados…
