- Se cree Plutarco Elías Calles
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: En la Universidad Veracruzana, UV, cocinan una iniciativa de ley para ampliar el tiempo de la rectoría a seis años en vez de cuatro, al mismo tiempo que cancelar la reelección.
En el resto del país, la mayor parte de universidades públicas se rigen por un periodo de cuatro años, con derecho a reelegirse, salvo Zacatecas.
Pero en la UV hay otras razones de fondo y de peso.
Por ejemplo:
El doctor en Finanzas Públicas y doctor en Ciencia Política, licenciado en Economía, Alfonso Velázquez Trejo dice que la doctora Sara Ladrón sólo busca el control a larga distancia, pues desde ahora fragua heredar la silla a sus delfines, María Magdalena Hernández, secretaria Académica, y/o a Octavio Ochoa, secretario de Desarrollo Institucional.
Ladrón de Guevara tendría una doble reelección, la que usufructúa ahora y que vencerá en el año 2021, y la que ganaría imponiendo como rector de seis años a uno de los suyos.
Es un caso propio, dice el académico de la UV, de la vocación del poder.
El maestro en Economía, Carlos Quiroz Sánchez, dice que se trata, cierto, del ejercicio del poder pero con el estilo autoritario de la política, porque la rectora no sabe escuchar y sólo valora las opiniones de su grupo cerrado.
Y un estilo autoritario como por ejemplo quedó demostrado con los cambios sin consulta previa en los formatos de evaluación a profesores de nuevo ingreso.
PASAMANOS: El doctor en Economía, Raúl Arias Lovillo, mira de la siguiente manera una rectoría de seis años:
La propuesta de cambiar la Ley Orgánica para ajustar el periodo de nombramiento de la rectoría obedece a la pérdida de credibilidad de la actual Junta de Gobierno integrada por nueve Notables que eligen al rector en turno por encima de la comunidad universitaria encarnada en unos siete mil maestros más la población estudiantil.
Y es que si la Junta de Gobierno tuviera credibilidad, entonces, garantizaría en automático una adecuada gestión universitaria a través de una evaluación seria académica, administrativa y financiera.
En el fondo domina y predomina el desencanto de la comunidad magisterial ante la reelección de Sara Ladrón.
Ese desencanto, observa Raúl Arias, ha derivado en una diversidad de propuestas alternativas y que van desde la desaparición de la Junta de Gobierno, anular la reelección, decretar el voto universal de los miembros de la comunidad, etc.
Y ante estas circunstancias han apostado por una solución que salva a la Junta de Gobierno, anula la reelección y no se cae en el populismo del voto universal.
Con todo, la reducción de ocho a seis años de gestión de una rectoría está lejos de ocasionar graves desastres desde la perspectiva de que la rectoría funcione, pues de otra manera habrán de aguantarse seis años en vez de cuatro.
CORREDORES: En las pasadas elecciones de la UV se evidenció que pese a la inconformidad de la mayoría de la comunidad universitaria sobre la gestión de Sara Ladrón, la Junta de Gobierno optó por la reelección.
Además, quedó manifiesta la falta de contrapesos institucionales, pues los miembros de la Junta de Gobierno tienen cada vez menos peso académico y moral y honorabilidad, elementos centrales.
Falta, sin embargo, dilucidar si la propuesta para cambiar la Ley Orgánica de la UV ya fue pactada con la LXIV Legislatura y en donde domina la mayoría panista y a la que poco tiempo le resta, pues en el próximo Congreso la mayoría será de MORENA y los azules miran la vida desde una perspectiva y los morenos desde otra.
Más todavía si se considera que la rectora de la UV es una gente de derecha, panista pura, en tanto el gobernador electo es de izquierda.
Y si el Congreso coordinado en la Junta Política por el azul He Man Sergio Hernández Hernández queda rebasado por el tiempo legislativo, entonces, los Morenos harían otros cambios y el futuro sería lamentable.
Y más porque la prioridad del AMLO es ampliar la oferta educativa, creando incluso cien universidades y como ya empezaron en Coatzacoalcos y Poza Rica con ingenierías petroleras antes que refocilarse en una rectoría de 6 años.
BALAUSTRES: Hay en la iniciativa otra trampita.
Según el doctor Alfonso Velázquez, mientras la Ley Orgánica actual establece como tope de edad para la rectoría 65 años, la propuesta diseñada y cabildeada por Sara Ladrón deja sin límite de edad los años vividos, quizá, en la inteligencia de que el rector nunca sería contratado, digamos, como un semental y la vida productiva puede ampliarse ad perpetuam.
Y tal, dice el maestro, significa un chanfle claro y directo para el par de sus delfines, pues uno y otro pasan de los 65 años fijados en la ley actual.
Así de la aristocracia encarnada hoy por los 9 Notables de la Junta de Gobierno, los grandes electores, se pasaría a la gerontocracia, el gobierno de los viejitos, pues a la rectora le gusta siempre rodearse de los llamados “Vi-vis”, caracterizados, además, por otras corrientes del pensamiento universal como son el clasismo, el elitismo y el intelectualismo.
La UV, dice Velázquez Trejo, ha crecido en maestros, pero el número de rechazados en el último ciclo escolar fue de veinticinco mil jóvenes, y ahora salen con la ocurrencia de pasar de cuatro a seis años el tiempo del rectorado.
Casi casi, dice, un rectorado tipo gobernador de Veracruz pensando acaso en que así la rectoría de la UV se alienaría por completo como, todo indica, está Sara Ladrón con Miguel Ángel Yunes Linares.