Redacción EL PIÑERO
Cuenca del Papaloapan.-Los autobuses Cuenca, desde sus inicios, han marcado sobre el asfalto de la Sierra Juárez un sinnúmero de historias de aquellos que se atrevieron a cruzar el titánico escenario de una ruta que conecta a dos regiones completamente distintas.
La capital del estado y la Cuenca del Papaloapan han podido hacer conexión gracias a choferes avezados que han impreso en sus volantes astucia. Son quienes por muchos años han tomado trayecto con responsabilidad y eficacia.
Y el ejemplo se ha marcado en una línea que, pese a la acelerada competencia, ha sabido, a lo largo de los años, cumplir con la máxima orden de sus viajeros: la seguridad.
Son los conductores de la mítica línea Cuenca, antes famosamente conocida como “Los Pantera Rosa”, que son los responsables de brindar certeza de buen trayecto y servicio ante un camino inestable, lacerado por el mal tiempo y tramos carreteros destrozados.
A través de Facebook, el usuario Francisco Doroteo II despertó, a más de uno, el recuerdo de innumerables anécdotas, de historias que han coincidido en el tiempo y que, hasta la fecha, se mantienen vivas en la memoria viajera.