Por: Roberto POLO | El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- Loma Bonita tiene un nuevo reto para los peatones: sus banquetas, que parecen más un campo de batalla que un espacio público. Uno va paseando tranquilamente cuando, de repente, se topa con un poste. No cualquiera, sino uno plantado en pleno paso, como si su único propósito fuera complicarnos la vida. Postes de teléfono, de luz, de semáforos, ya sea de metal o madera, todos con un solo objetivo: estorbar.
Ahora, imagina a alguien en silla de ruedas, con bastón o simplemente con prisa. Para ellos, estos postes no son solo obstáculos. En un país donde la accesibilidad nunca ha sido la protagonista, las banquetas han dejado de ser del pueblo para pasar a manos de gigantes como CFE y TELMEX, que sin pedir permiso han plantado su bandera —o mejor dicho, su poste— en terrenos públicos.
El alcalde electo Omar Lara enfrentará un desafío mayor que simplemente mover postes. Tiene en sus manos la oportunidad de devolverle a las banquetas su verdadero propósito: ser un espacio para el peatón, no para las corporaciones. Porque mientras los ciudadanos siguen esquivando postes, la verdadera batalla no está en las calles, sino en la voluntad política de liberar el espacio público.
Y ojo, no solo son postes, sino también comercios que, en abierto negocio con el Ayuntamiento, han invadido las banquetas quitándole al ciudadano el anhelo de caminar tranquilamente y sin contratiempos.