Los portadores de la variante genética APOE tienen más riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Cerebro humano
El alzhéimer es una de las formas de demencia más comunes entre los mayores y se calcula que aproximadamente 1 de cada 10 personas de más de 65 años la padece.
A pesar de que no existe un tratamiento que lo cure, un grupo de investigadores de la Universidad de Washington ha detectado un nuevo compuesto que protege contra el daño cerebral que produce una proteína del Alzheimer.
Las pruebas, muestran como dicho compuesto se dirige directamente a la proteína APOE. Entre sus diferentes variables, la APOE4 es el principal factor genético de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. De hecho, entre el 60 y 80% de los que sufren Alzheimer tiene por lo menos un alelo de estas características.
“Los científicos han estado interesados en APOE durante años, pero solo hay unos pocos ejemplos en los que los investigadores lo hayan enfocado con un compuesto en animales vivos” asegura uno de los autores del descubrimiento, David Holtzman.
La llamada ‘beta amiloide’ es una proteína adhesiva que crea unas placas en el cerebro. Dichas placas se presentan en los pacientes de Alzheimer años antes de que los síntomas característicos como la pérdida de memoria o confusión se hagan visibles en el afectado.
De esta forma, se ha demostrado que la APOE4 aumenta el riesgo de alzhéimer, en parte, al estimular la acumulación de beta amiloide en las placas dañinas. Según las cifras, los portadores de esta proteína poseen hasta 12 veces más riesgo a desarrollar Alzheimer que el resto de población.
Camino hacia un tratamiento real
La investigación se centró en estudiar a aquellos ratones genéticamente propensos a desarrollar placas amiloides en sus cerebros y que llevaban la variante genética humana APOE4.
Las primeras pruebas fueron con roedores recién nacidos. Estos se dividieron en dos grupos: aquellos a los que se les había inyectado en el fluido que rodea el cerebro el compuesto APOE, y aquellos a los que se les había administrado un placebo.
Los niveles de la proteína descendieron a la mitad en los ratones que habían recibido el compuesto APOE en comparación con los que no.
Más tarde se probó si la administración del compuesto APOE después de la aparición de las placas amiloides podría evitar más cambios en el cerebro. Esta vez, las pruebas se hicieron con los cerebros de ratones de mayor edad.
No encontraron diferencias en el número de placas ni en la cantidad total de beta amiloide entre los ratones que recibieron el compuesto y los que recibieron solo el placebo. El compuesto no logró reducir la cantidad de amiloide en los cerebros de los ratones.
Sin embargo, en los ratones tratados con el compuesto APOE, cada placa desencadenó solo la mitad de daño a las neuronas circundantes, lo que sugiere que incluso un inicio tardío podría reducir el daño causado por la beta amiloide.
Según Holtzman “nuestros hallazgos indican que APOE no solo está involucrado en el riesgo de Alzheimer y la progresión de la enfermedad, sino que también podría ser un objetivo real para el tratamiento o la prevención”
Con información de muyinteresante.es