Luis Velázquez | Expediente 2021
Los alumnos de la escuela primaria, secundaria y bachillerato volvieron a clases presenciales en Veracruz el lunes de esta semana. Otras entidades federativas están desde hace ratito.
En la Universidad Veracruzana regresarán hacia el mes de agosto, inicio del nuevo curso.
Indicativo, en la educación básica privada ofrecen la alternativa. Clases en el salón o por Internet. Le llaman sistema híbrido.
Y encima de la decisión superior para crear y recrear la atmósfera de la normalidad y para que de paso, la población electoral se anime a votar en las urnas el próximo 6 de junio, la medida política implica el riesgo de un covid latente.
En los estados de Campeche y Nayarit, esta misma semana, marcha atrás. El revire, pues. De nuevo a clases digitales. El covid rebrotó en una quincena.
En la India, por ejemplo, el triple, cuádruple rebrote. Miles muriendo por día. En Francia, sostienen Toque de Queda que inicia a las 6 de la tarde y termina a las 6 de la mañana, bajo la advertencia de que si un ciudadano es detectado en la vía pública sin razón de peso y con peso, multita gravosa.
Aquí, el desafío de la raza azteca a la pandemia y que lleva catorce meses ininterrumpidos con el mayor número de muertos, incluso, con todo y oleada de violencia.
El argumento oficial es que los profesores todos, sin excepción, fueron vacunados en dos ocasiones y están listos.
Pero, caray, en el país han fallecido seiscientos niños, de manera oficial, por el covid, cuarenta en Veracruz.
Y “a ojo de buen cubero” significa que nadie está ileso. Ni siquiera, vaya, las mascotas de los niños y de casa.
En el camino, queda claro, el coronavirus fue politizado. “Tirios y troyanos” en el palenque público. Las tribus de Morena y de los partidos opositores en el agarrón. Cada parte con su epidemiólogo de cabecera.
Por eso, además del encierro domiciliario tan catatónico, las playas empezaron a poblarse los fines de semana y ahora, incluso, entresemana, de igual manera que las plazas comerciales y los cafés y los restaurantes. Romerías en los mercados populares.
Los cines, ya abiertos, conservando, ajá, la llamada sana distancia.
En la mayor parte de comercios dejaron el gel. Quizá, gasto innecesario, dirán. Y únicamente, apenas, apenitas, toman la temperatura.
¡Ah!, prohibido entrar a un negocio sin cubre-bocas.
En el estira y afloje, las tribus políticas “desgarrándose las vestiduras” de que el covid fue vencido en la tierra azteca.
Moctezuma II aguantó las llamas que consumían la planta de sus pies y únicamente alcanzó a decir a Hernán Cortés:
“¿Acaso crees que estoy en un lecho de rosas?”.
DE ENRIQUE RÉBSAMEN A ZENYAZEN, AH…
Sea, entonces. Otra vez el bullerío en el patio de las escuelas. Todo sea, y más allá de las riñas sindicales por el liderazgo, por la calidad educativa.
Digamos, soñando con el Veracruz ido, legendario, histórico y mitológico. El tiempo de tanto prestigio, esplendor y resplandor con Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher, Rafael Delgado y Carlos A. Carrillo.
El tiempo cuando en las noches de Xalapa, Rafael Delgado y Salvador Díaz Mirón caminaban de sus casas a la casa del otro hablando sobre educación y poesía y la madrugada los asaltaba.
El tiempo cuando Rébsamen y Lausbcher eran contratados por el gobierno federal para la asesoría pedagógica.
Pero además, en varios países de América Latina y que, bueno, “con el tiempo y un ganchito” también podrían contratar a Zenyazen para ofrecer sus técnicas pedagógicas arrastrando el lápiz en el salón de clases y logrando un extraordinario desarrollo cerebral de los alumnos.
Desde luego, los mejores deseos para los niños, los padres de familia y las direcciones de las escuelas para vencer la pandemia en todas sus formas, pues sería lamentable, catastrófico, imperdonable que de pronto, ¡zas!, un rebrote originara tragedias imperdonables.
VERACRUZ CUMPLE A AMLO
El gobierno de Veracruz cumple su cuota con la Federación. Todos, a clases.
En automático, deber cumplido, ajá, la secretaria de Educación Pública asciende un peldaño más en la escalera de la candidatura a gobernadora del Estado de México, donde antes fuera derrotada por el priista Alfredo del Mazo junior.
Los ninis, chicos que ni estudian ni trabajan, las amas de casa madres solteras, los ancianos, los campesinos de “Sembrando vida”, anexos y conexos, con su bequita bimensual, tienen ya razones
de peso y con peso para votar en las urnas el próximo 6 de junio, digamos, por los candidatos de Morena-López Obrador.
Se ignora si con el regreso a clases en el salón, la calidad educativa podría pulirse y volverse a pulir.
Mucho se duda.
Pero, bueno, en dos años y 5 meses que van del obradorismo, ningún brillo le han sacado, ni menos luego del 6 de junio porque en automático darán el banderazo de salida para la sucesión de gobernador en Veracruz.
De entrada, el número de presidentes municipales, síndicos y regidores y diputados locales que cada aspirante a la silla embrujada del palacio de gobierno de Xalapa, y de todos los partidos políticos, haya ganado en la justa dominical de las urnas.
Y es que cada uno significará un pasito más para amacizarse como posible.
Las pasiones políticas por encima, lejos, de la calidad educativa.
En la SEV, únicamente administran los recursos públicos, pero sin detenerse ni esmerarse por la calidad educativa.
Así fue en el pasado. Y es hoy. Por desgracia.
Veracruz, en el sótano nacional.
