Ciudad de México.- El de Monza es un circuito clave en la historia de la F1. Ejemplo fantástico de circuito de alta velocidad, los viejos arboles del histórico parque de las afueras de Milán, han sido testigos de algunas de las mejores carreras de todos los tiempos. Pero también de algunos de las accidentes más terribles ocurridos en la máxima categoría. La lista de inolvidables victorias y terribles accidentes es muy larga, y se combinan para hacer de Monza un circuito mágico.
Al igual que la cita de la semana pasada en Spa, la de Monza se disputará en las fechas previstas inicialmente antes de la pandemia por el COVID-19.
El circuito se caracteriza por el alto porcentaje del trazado que los pilotos recorren con el acelerador a fondo, debido a las largas rectas. El récord actual de la pista, en carrera, fue marcado en 2004 por Rubens Barichello, con un tiempo de 1:21,046. Cabe destacar, que en este circuito se ha batido la velocidad máxima de un monoplaza en un Gran Premio. Esta fue con 372,6 km/h, durante los entrenamientos libres del GP de Italia de 2005, por el piloto Juan Pablo Montoya.
La pista original fue construida en 1922 y se inauguró oficialmente el 3 de septiembre del mismo año. Inicialmente, se utilizó un terreno de 3,4 km² con una pista de 10 km de extensión, que se componía por una sección de circunvalación de 4,5 km y otra de 5,5 km transitando rutas. 7 días más tarde fue sede del segundo GP de Italia.
Tras el de Brooklands en el Reino Unido y de Indianápolis en los EEEUU, Monza se convirtió en el tercer circuito de permanente en el mundo. Señalar que sólo ha habido una ocasión, 1980, en la que el Circuito no ha formado parte del calendario del mundial.
En 1928, el GP se vio empañado por el accidente más grave del deporte automovilístico italiano, perdiéndose la vida del piloto Emilio Materassi y 27 espectadores. Debido a esto, los siguientes Grandes Premios se vieron confinados a la sección del óvalo de velocidad hasta 1932.Nuevamente se sucedieron tres muertes en 1933 tras lo cual el trazado fue modificado con el agregado de dos chicanes y la desaparición de las rectas más largas.
Entre los años 1938 y 1939 se realizaron grandes remodelaciones y el trazado resultante, con una extensión de 6,3 km, fue utilizado hasta 1954.
La Segunda Guerra Mundial provocó la suspensión de los grandes premios hasta el año 48. Sin embargo no sería hasta cinco años después de la creación de la Fórmula 1, en 1955, cuando Monza sufriera el cambio total, quedando el circuito con un recorrido de 5,75 km y una sección de 4,25 km de alta velocidad con curvas peraltadas.
Los Grandes Premios de 1955, 1956,1960 y 1961 se realizaron en Monza, pero la tragedia volvería a hacerse presente en este último caso, con la muerte en un accidente de Wolfgang von Trips y 11 espectadores. Esto hizo que se agregaran nuevas barreras de seguridad, y que la zona de reaprovisionamiento de combustible se alejara de la pista aún más.
Desde 1966, el circuito albergó carreras de automovilismo y motociclismo, pero en ambos casos las altas velocidades que se alcanzaban llevaron al agregado de nuevas chicanes. En el año 1978 en la Fórmula 1, muere el piloto Ronnie Petersson. Tras una accidentada salida, Peterson no pudo controlar el vehículo y el Lotus que conducía terminó empotrado contra las barreras y se prendió fuego. Pese a que estaba atrapado, Hunt, Regazzoni y Depailler intentaron liberar al sueco del amasijo de chatarra antes de que sufriera más que ligeras quemaduras. Consiguieron sacarlo y lo dejaron, consciente, en medio de la pista, con sus piernas severamente lesionadas a la vista de todos.
Las nuevas tecnologías permitieron alcanzar nuevamente altas velocidades, por lo cual la pista debió ser modificada sustancialmente en 1979 con el agregado de pinos, zonas de escape y barreras de cubiertas. La infraestructura fue mejorada en general, y se realizaron trabajos adicionales sobre la seguridad del circuito.
En los años 90, las tres curvas principales fueron “apretadas” para reducir velocidades, lo cual llevó la extensión del trazado a 5,77 km.
En el año 2000 las dos primeras chicanes fueron removidas y reemplazadas por una sola chicane derecha-izquierda, y la Curva Grande fue renovada y rebautizada como Curva del Biassono.
Con su actual configuración, Monza es el circuito más rápido del Mundial, y un desafío para pilotos y equipos. La velocidad media supera los 250 km/h y en cuatro puntos diferentes se alcanzan los 330 km/h. Precisamente por la longitud de sus rectas, los monoplazas ruedan en Monza con una configuración aerodinámica muy específica para este circuito. Con muy poca carga aerodinámica como sea posible sin comprometer la estabilidad en las frenadas. El agarre se sacrifica para lograr una mayor velocidad.
Las largas rectas hacen que los motores estén sometidos a grandes esfuerzos debido a que más del 75% de la vuelta se hace a fondo. Los frenos también sufren mucho debido a sus fuertes frenadas. Otro punto importante son las suspensiones, ya que pasar por encima de los pianos en las chicanes y poder acelerar lo antes posible es esencial en este circuito.
Os invito a dar una vuelta al trazado. Cuando los monoplazas cruzan la línea de meta se lanzan a más de 300 km/h hacia la Variante del Rettifilo (c. 1-2). La frenada es muy fuerte ya que llegan a 340km/h y se reduce de 7ª a 1ª, para pasar por la primera curva a unos 85km/h. La entrada es muy tardía porque se debe sacrificar un poco la salida y tomar el giro a la izquierda que compone la segunda parte de la chicane y que se pasa a 74 km/h.
Al salir de la primera Variante los coches vuelven a acelerar a fondo y empiezan a engranar marchas de nuevo para tomar el giro rápido de derechas de la Curva Biassono (c. 3). Con el gas a fondo y alcanzando los 305 km/h en la salida del viraje y llegando a la frenada de la Variante della Roggia (c. 4-5) en séptima velocidad a 330 km/h. Una vez pasado el puente se frena para pasar la chicane izquierda-derecha. El primer ángulo se toma a 120 km/h y el segundo a 133 km/h, ambos en segunda velocidad.
La aproximación a la Curva di Lesmo (c. 6-7) es bastante corta, pero se llega a más de 133km/h hasta la entrada del giro de derechas. En ese momento en el que se frena y se lanza el coche a la derecha. En esta frenada se pasa de la quinta a la cuarta marcha y de los 264 km/h a 193 km/h. La siguiente curva es la segunda parte de la Curva di Lesmo, más complicada que la precedente, se llega en quinta a 260 km/h y se frena a 178 km/h, en tercera velocidad.
La bajada que se inicia en este punto lleva a la rápida Curva del Serraglio (c. 6) que se toma a la izquierda a fondo, pasando en sexta a 304 km/h. De aquí los pilotos se lanzan rápidamente hacia la Variante Ascari (c. 8-9-10), pasando por debajo del puente de la Curva Norte del óvalo antiguo y a poco menos de 100 metros de la chicane reducen velocidad. Frenan de 332 km/h a 169 km/h para tomar la primera curva de la Variante Ascari. El giro de izquierdas de noventa grados que lleva a una larga curva a la derecha que se toma acelerando y subiendo marchas y muy enganchados a la zona interior del giro y se lanzan a la izquierda en el último ángulo de la Variante a unos 235 km/h.
La recta antes de la Parabólica es muy larga y se alcanzan altas velocidades. El giro de izquierdas es una de las zonas más bonitas de Monza. La frenada, bastante temprana ya que es una curva que se abre en la salida, es importante. Esta se ataca pronto, buscando el exterior de la trazada para efectuar toda la segunda mitad por fuera acelerando hacia la recta de meta. La salida es a 285 km/h en 5ª con el gas a fondo.
Una de las coas que hace especial Monza, es la ubicación del podio. Está situado justo encima de la línea de meta, hecho que permite a los aficionados situarse justo por debajo de los tres primeros clasificados durante la ceremonia.
El trazado italiano incorporará dos zonas de DRS. La primera en la larga recta de meta, con zona de activación antes de entrar en la Parabólica (última curva del trazado). Mientras que la segunda se encuentra la curva Del Serraglio, una recta con algo de curva entre la segunda curva Di Lesmo y la Variante Ascari. Su punto de detección, estará precisamente entre las dos curvas Di Lesmo.
En cuanto a las gomas, Pirelli ha decidido traer la gama media, o sea el C2,C3 y C4.
Recordar que este año, y en contra de lo sucedido en los últimos, todos los pilotos tienen las mismas asignaciones. Estas son dos juegos de neumáticos duros, tres juegos de medios y ocho juegos de blandos.
Con información de Tercer Equipo