Luis Velázquez/Malecón del Paseo
26 de marzo de 2018
EMBARCADERO: El asesinato del reportero Leobardo Vázquez Atzin, de Gutiérrez Zamora, el 21 de marzo del año que corre, ha puesto en el estercolero la más denigrante condición laboral… Salarios mezquinos, sin las prestaciones sociales, económicas y médicas establecidas en la Ley Federal del Trabajo… Sin derecho al Seguro Social ni al Infonavit… Sin derecho a jubilarse con una pensión… Con el mismo sueldo jodido de siempre por más y más que el gobierno federal autorice incrementos a los salarios mínimos…. Con un trabajo inestable, pues a la primera de cambios basta la solicitud de un político encumbrado para que el reportero sea despedido, así nomás… Sin un horario de trabajo, pues, se entiende, la noticia nunca, jamás, tiene hora para suceder, pero al mismo tiempo, sin el legítimo derecho al pago extra de las horas trabajadas… Con frecuencia, sin días de descanso… A veces, con un aguinaldo miserable… Expuestos a la inseguridad, tan de moda en Veracruz, si ejercen un periodismo incómodo… Y desde luego, sujetos siempre a la censura de los jefes y patrones…
ROMPEOLAS: Por eso, igual que tantos otros, cientos quizá (miles si se considera que Javier Duarte se pitorreaba diciendo que en Veracruz había (entonces) ocho mil reporteros, Leobardo Vázquez Atzin era taquero… Y taquero en un puesto instalado afuera de su casa y en donde él mismo preparaba los tacos… Y por eso mismo, Moisés Sánchez Cerezo, el reportero asesinado el 2 de enero de 2015 en Medellín, era taxista y tenía una tiendita de abarrotes… Y por eso, Gregorio Jiménez de la Cruz, asesinado el 5 de febrero de 2014 y sepultado en fosa clandestina, era fotógrafo de sociales… Y por eso, Noel López Olguín, el reportero asesinado en Hueyapan de Ocampo el primero de junio de 2011, era fotógrafo de bautizos, comuniones, quince años y bodas… Y por eso, Armando Saldaña Morales, asesinado en Tezonapa el 4 de mayo de 2015, vendía anuncios comerciales para la estación de radio donde trabajaba de conductor… Y por eso mismo, Pedro Tamayo, asesinado el primero de julio 2011 en Tierra Blanca, vendía tortas y hamburguesas en un puestecito afuera de su casa… En ningún momento, claro, se trata de un desdoro… Tampoco de una deshonra… Al contrario, fieles a su vocación reporteril (por más y más satanizados desde el poder) buscaron una fuente de ingresos para llevar el itacate y la torta a casa que les permitiera seguir ejerciendo el oficio periodístico…
ASTILLEROS: Por eso, enervó Javier Duarte cuando en su sexenio asesinaran a 19 reporteros y desaparecieran a 3 más, y luego enseguida tomaba el micrófono para condenar a la mayoría… Que Moisés Sánchez era taxista y no reportero… Que Yolanda Ordaz de la Cruz era vocera de un grupo narco y en ningún momento periodista… Que Noel López Olguín era un fotógrafo de sociales y no reportero… Y el colmo, ahora, la Fiscalía cuyo titular tiene una pizzería en Boca del Río, reprodujo el desdén de Duarte a los medios asegurando que Leobardo Vázquez Atzin era taquero… Un taquero a quien, además, dijo, lo asesinaron cuando hacía y vendía los tacos y por eso mismo dejaron su cadáver a un ladito del puesto… He ahí, pues, el respeto oficial a la dignidad humana, a la dignidad de los otros, a la dignidad de la población, como si en todo caso, y ante la ley existiera una diferencia entre ser rico y pobre, entre ser taquero y reportero, entre ganarse la vida haciendo tacos y contando historias…
ARRECIFES: Ha sido una constante de la Fiscalía azul… Nunca, jamás, nadie olvidara la filosofía social del Fiscal Eduardo Coronel junior, cuando acuñara su frase bíblica de que “¿Cuál prisa si los desaparecidos … desaparecidos están?”… Tampoco el desdén de Jorge Wínckler con los familiares, sobre todo madres de familia, buscando a sus hijos… Pero más aún, declarando persona incómoda a la Fiscalía a la vocera del Solecito, la señora María de los Ángeles Díaz Genao, tan luchadora social en la frenética búsqueda de los desaparecidos y que también se están dando ahora, como el caso de las 4 personas (un matrimonio de Paso del Macho, un estilista jarocho y una señora defeña), satanizados porque según la versión oficial desaparecieron, claro, pero luego de una fiesta swinger…
PLAZOLETA: El menosprecio de Javier Duarte a la población, entre ellos, a reporteros, es el mismo desdén de la Fiscalía azul… Haya sido taquero, el crimen de Leobardo se volvió un crimen incómodo… En los primeros 15 meses de gobierno de Duarte cuatro reporteros (Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana y Yolanda Ordaz) fueron asesinados y uno más desaparecido (Gabriel Fonseca)… Y en los primeros quince meses de Miguel Ángel Yunes Linares van cinco reporteros ejecutados (Ricardo Monluí, Edwin Rivera Paz, Cándido Ríos Vázquez, Gumaro Pérez Aguilando y Leobardo Vázquez)… Además, del fallido intento de asesinato del jefe de Redacción del periódico “La Opinión” de Poza Rica… La estadística de la muerte de reporteros en Veracruz otra vez ubicada al nivel de Siria, el país en guerra más fatídico para el ejercicio informativo…
PALMERAS: Pero más allá del desdén oficial (reporteros taqueros, torteros y fotógrafos de sociales, etcétera), priva la más despiadada explotación obrera en los medios, sin que ningún diputado local o federal, ninguna Comisión de Periodistas, ninguna autoridad, se ocupe… Y lo peor: todos los políticos, sin excepción, acusan a los medios de corruptos, chayoteros, limosneros, como si los mismos funcionarios públicos fueran unos ángeles de la pureza, impolutos, honestos “a prueba de bomba”… Es más, hubo un tiempo (se ignora si todavía hoy), la misma secretaría de Trabajo y Previsión Social de Veracruz protegía a los dueños de los medios cuando un reportero era despedido e interponía una denuncia laboral en la Junta de Conciliación y Arbitraje… El desdén de la Fiscalía de “lavarse las manos” y decir que Leobardo Vázquez era taquero expresa la estatura moral y ética, política y social, del funcionario público…