Luis Velázquez/Parte IV
PASAMANOS: Dice el doctor y master de la Universidad Veracruzana, UV, Alfonso Velázquez Trejo, sobre el rectorado de Sara Ladrón:
“La conclusión general en el rubro de profesores de Tiempo Completo por región es que la UV experimenta una etapa de estancamiento generalizado con signos preocupantes de decadencia.
Y esta se concentra en la región Xalapa.
En la comunidad universitaria hay desencanto y el desencanto no es más que la expresión de la decadencia que no puede asociarse solamente a la reducción del presupuesto público. También es el resultado de la falta de acción y gestión de la rectora.
Y es que la inadecuada estructura jurídica no le permite ágilmente obtener recursos provenientes de la extensión de los servicios en todos los órdenes, donaciones u otro tipo de ingresos”.
Todavía más.
En el capítulo de algunas conclusiones, el académico con cuatro posgrados asienta:
“Desde la autonomía de la UV… la estructura administrativa y jurídica está altamente centralizada en la figura del rector.
La apuesta de la rectora de contar con una Ley Orgánica que fortaleza la autonomía de la UV con aspiraciones de soberanía frente al gobierno de Veracruz y el Poder Legislativo han provocado que la iniciativa de autonomía absoluta haya dejado fuera de la agencia legislativa esta reforma.
Sin una nueva ley orgánica la UV está condenada a la parálisis, profundizando su decadencia frente a otras opciones de educación superior.
Una nueva ley orgánica debe reorganizar a la institución partiendo de una estructura departamentalizada que sustancie de estructura académico al MEIF, por ejemplo.
Sistema efectivo de información de resultados.
Un rasgo de la rectoría actual es la parálisis en la evolución y desempeño de la UV.
Debido, entre otras causas, a la falta de un sistema de evaluación de resultados como indicadores significativos que permitan evaluar la competitividad de la institución frente a otras universidades del país, pues si bien los informes anuales de la UV presentan un conjunto de datos suelen estar centrados en aspectos pocos relevantes.
Entre otros, los sueldos y prestaciones de la alta burocracia universitaria.
BALAUSTRADAS: Por ejemplo, el número de programas de nivel de licenciatura observa para el periodo 2013-2017 sólo un crecimiento en un programa educativo. Sin embargo, en la información contenida en las Series Históricas se muestran resultados superiores al integrar el periodo 2007/2017”.
Dice en el apartado intitulado “Número de programas de nivel licenciatura por región:
En el periodo señalado sólo se ha incrementado un nuevo programa, pues se pasó de 153 programas a 154.
Este crecimiento unitario se explica por la reestructuración de programas educativos que observaron una caída drástica de su matrícula, como es el caso de informático, que se ha transformado en ingeniería de software y otras opciones.
Sin embargo, a la UV le siguen faltando muchas opciones de formación profesional.
Crisis de los derechos humanos y laborales.
Un tema que ha afectado el clima institucional en los últimos años es la ausencia de una política transversal de respeto a los derechos laborales adquiridos por los académicos y la afectación y restricción a los derechos humanos.
Entre otros se pueden listar las siguientes:
- La designación de la defensoría de los derechos de los universitarios es una facultad del titular de la rectoría, lo cual transforma a ésta en juez y parte.
- La eliminación del beneficio del servicio médico a los padres de familia de los académicos.
- El clima de linchamiento de los académicos por el no logro de los objetivos institucionales.
- El abandono de la política de consolidación de trayectorias académicas de los profesores que han impartido las experiencias educativas.
- La definición unilateral de los perfiles académicos en las convocatorias para concursar para la basificación de EE.
- El manejo discrecional del banco de horas de los programas educativos.
- La aplicación discrecional de sanciones máximas a los profesores y desatención al debido proceso.
ESCALERAS: Hay un rubro intitulado de manera apocalíptica: “Lo que tuvo la UV… lo perdió o no se logró”.
Dice:
“En el plano laboral. Los académicos tuvieron el derecho durante 40 años de proporcionar servicio médico a sus padres. En la actualidad este derecho se eliminó mediante una política orientada a reducir el costo de operación.
Un clima de persecución a los profesores, a quienes se responsabilizó de los malos resultados de los programas académicos y a quienes por motivos menores se aplicaron las sanciones máximas.
Se perdió la política de consolidación de trayectorias académicas, lo cual promovió la dispersión de los bancos de horas en incontables profesores (parcelarización del banco de horas).
Deterioro del servicio médico y como un signo importante está la dotación de medicamentos genéricos, entre otros.
Y la percepción de un trato despótico y nada cordial de la titular de la rectoría con la comunidad universitaria. Elitismo y amiguismo”.