Redacción El Piñero | Corresponsalía
Luego de que no convenciera ni emocionara en la precampaña para la candidatura al Senado de la República, Laura Estrada Mauro apostaría su continuidad electoral por la presidencia municipal de Tuxtepec, y ante dicho posible escenario, usuarios de redes sociales se burlaron de que la dentista siga “ambicionando” puesto públicos sin resultados visibles para Oaxaca.
Como ejemplo, ha sido acusada por los tuxtepecanos de meter a su familia y amigas en la Secretaria de Bienestar del gobierno de Salomón Jara; de beneficiar a su marido, el abogado y periodista, Miguel Ángel Vázquez Ortiz; y tanto como diputada y funcionaria estatal no ha realizado nada trascendental por Tuxtepec y la región Cuenca, solo ha trabajado para perpetuarse en los puestos públicos.
A continuación compartimos solo algunos de toda la lluvia de comentarios negativos expresados por ciudadanos en la nota publicada por El Piñero Periodismo y Debate:
«Ojalá ninguna de las dos. Me decepcionó como diputada y más aún con todo el nepotismo con el que se lució y ninguna acción concreta para mejorar Oaxaca»
«Ni un voto a Laura Estrada por tubo cargos y nunca dio nada para Tuxtepec ni gestiono bueno si para su familia y su equipo de trabajo q se quedaron con todos los apoyos de gobierno»
«Osea que awebo la sra…sra…quiere tener un puesto en el gobierno….debe de ser respetuosa por los contendientes que ya están jugando la presidencia municipal…»
«Si como diputado no hizo absolutamente nada solo hacerse rica ella y su familia ya me imagino como presidenta municipal»
«La otrora dos veces presidenta de jucopo y luego gris secretaria de bienestar solo logró el repudio del pueblo de Oaxaca al mandarla hasta el cuarto lugar en las encuestas estatales. Hoy trata con sus esbirros Regina y Elías retener el poder con caricaturescos cursos de bordados. Manejó cientos y miles de pesos con los cuales pudo impactar en su distrito, pero prefirió ensanchar su patrimonio familiar. Hoy al igual que Eviel Pérez Magaña, Laura Estrada Mauro yace en el basurero de la historia, recogiendo las migajas de su desenfrenada ambición.
Estamos asistiendo al funeral político de una mujer que solo escuchó las voces que se susurran en la alcoba».