- Mal fario en Comisión de Periodistas
- Que los congeló gobernador Yunes
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Congelada Comisión de Periodistas
La Comisión Estatal de Protección a Periodistas (CEAPP) enfrenta vientos huracanados. Según parece, la yunicidad la tiene congelada desde hace un ratito. Todo indica, cometieron una pifia. Fue, se afirma con la presunta desaparición de un trabajador de la información en el sur de Veracruz, Fabián Hipólito López, de Cosoleacaque.
Fue el 3 de abril. Su familia lo reportó desaparecido. Que se había ido con los migrantes de América Central (Honduras, Salvador, Guatemala y Nicaragua) y tenían días y noches sin saber.
Además que su teléfono celular, más que estar apagado, quizá fuera de área, pero sin contestar.
Y la angustia se multiplicó.
Lo peor, provocó alarma. Caos. Angustia.
Y el vaso comunicante llegó a Xalapa. Y la CEAPP lo hizo suyo. Y lo boletinó. Y clamó su búsqueda.
“El Potro”, el legendario policía judicial cazador de duartistas (ha detenido a la mayoría presa en el penal de Pacho Viejo, incluso, Juan Antonio Nemi Dib lo felicitó luego de su captura en Atlixco, Puebla), siguió la pista de Fabián Hipólito.
Y lo halló.
DOS. Resbalón de la CEAPP
Lo halló una mañana en un parque de Acayucan.
Según las versiones, estaba crudo. Noche tormentosa en el trópico calenturiento del sur de Veracruz. “Rostros patibularios me contemplan” decían en el viejo oeste cuando miraban llegar a un pueblo a los cazadores de homicidas.
Y “El potro” pasó el reporte a su jefe, el Fiscal. Y el Fiscal informó a su jefe máximo, el gobernador Yunes. Y el jefe del Poder Ejecutivo Estatal se molestó, mejor dicho, se irritó con la ligereza y liviandad de la CEAPP, que tanto escándalo había armado.
Y más cuando le transmitieron otro dato singular:
Fabián Hipólito, más que reportero, más que diarista, es “un oreja” del Centro de Información y Seguridad Nacional, el CISEN.
Incluso, la versión de que su periódico digital, “El Estado” (¡vaya cabezal!) presta servicios sacrosantos al Estado.
Desde entonces, se afirma, la CEAPP está congelada en el ánimo oficial.
Por ejemplo, en los últimos de sus eventos ningún representante azul. Ni siquiera, vaya, el Fiscal encargado del asunto periodístico.
TRES. Reporteros asesinados
Se ignora si esta distensión se deba, por ejemplo, a la versión de que de los 5 reporteros asesinados en Veracruz, la yunicidad solo considera como homicidio de un periodista el de Ricardo Monlui Cabrera, el 19 de marzo, en Yanga, y quien, bueno, era vocero de los líderes cañeros, a quienes servía con plenitud.
Y en el caso del crimen de los otros cuatro, las versiones son contradictorias.
A: Edwin Rivera Paz, camarógrafo, originario de Honduras, asesinado el 9 de julio, 2017, en Acayucan, que porque venía huyendo de su pueblo y en Acayucan “el destino lo alcanzó”, con todo y que en Honduras habían asesinado a su compañero de trabajo.
B: Cándido Ríos Vázquez, asesinado en Juan Díaz Covarrubias el 22 de agosto, que andaba en malos pasos y fumaba marihuana, pero, se afirma, por prescripción médica para sus males en las piernas.
C: Gumaro Pérez Aguilando, ejecutado el 19 de diciembre en Acayucan, que porque andaba en malos pasos.
Y D: Leobardo Vázquez Atzin, ejecutado el 21 de marzo de 2008, en Gutiérrez Zamora, que se dedicaba a otro oficio.
Pero, bueno, nadie recuerda que la CEAPP haya abanderado la causa del quinteto de reporteros asesinados en la yunicidad para que, digamos, pudiera darse una fría distancia con la yunicidad.
CUATRO. Asesinos intelectuales de reporteros
Incluso, tampoco la CEAPP ha sido puntual reclamando justicia en el caso de los 19 reporteros asesinados y los tres desaparecidos en el sexenio anterior.
Y más, porque una cosita es el asesinato, otros los homicidas físicos, otra los asesinos intelectuales y otra la impunidad.
El caso es que en las últimas semanas, meses, se asegura que la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, congeló su dotación presupuestal mensual a la Comisión y hasta cancelaron varios cursitos de capacitación programados de norte a sur y de este a oeste.
Nadie, claro, pensaría que el trato frío de la yunicidad a la CEAPP tendría sus orígenes en la diputada local y candidata a la reelección, Marijose Gamboa Torales, quien sostiene diferencias históricas con su cuerpo directivo.
CINCO. “El jefe es el jefe…”
Desde la LXIV Legislatura, Gamboa Torales ha pedido en la tribuna parlamentaria una revisadita con lupa al ejercicio presupuestal de los diecinueve millones de pesos, pues por todos lados le asaltan las dudas con la pulcritud.
Además, también duda de las agresiones y agravios a los reporteros, incluidos secuestros, que la CEAPP ha reportado, pero omitiendo detalles.
Y es que, bueno, si el caso de Fabián Hipólito López fue manejado con ligereza, y resulta que el compita andaba de parranda, y hasta las ONG del país y extranjeras se ocuparon del asunto, entonces, ha de recordarse que el equipo completo de la CEAPP fue aprobado por el gobernador Yunes, y a él, únicamente a él, deben el cargo.
Ellos solo podrán ejercer su libertad cuando sean independientes y autónomos.
Pero mientras reciban un fondo oficial que pasa por SEFIPLAN así lo apruebe el Poder Legislativo, en el Veracruz “de un solo hombre”, las reglas son otras.
La desaparición de Fabián Hipólito sirvió para descarrilar al organismo periodístico y poner en el tinglado “la nomenklatura”.
“El jefe es el jefe… así esté en pelotas” reza el decálogo que venden en el mercado popular.