Por: Roberto POLO | El Piñero
Muy pocos conocen su historia. Son tres hermanos que desde que nacieron comparten la sentencia de vivir aislados, casi ocultos, olvidados, víctimas de una enfermedad que los mantiene sujetos en un rincón de una pequeña y humilde comunidad llamada Sección Los Calixto de Jalapa de Díaz, municipio de la etnia mazateca, ubicado en la región de la Cuenca del Papaloapan del estado de Oaxaca.
La Sección Los Calixto es una comunidad aislada, rodeada de exuberante vegetación, y donde actualmente residen unas 70 personas, de las cuales solo 45 cuentan con credencial de elector. Su mayor infraestructura son cinco salones del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) que brinda educación básica. Además de un acceso construido con pavimento hidráulico.
Sabina, Cuauhtémoc y Verónica Calixto Soto, de 35, 34 y 24 años de edad, nacieron con una discapacidad motora que los ha condenado a una silenciosa vida de angustia y de calvarios ahogados en la esperanza de vivir con dignidad y sin sufrimiento.
Sabina, la mayor, confiesa que llora en silencio al verse incapaz de valerse por sí misma, pero a pesar de la dificultad dice no rajarse y encomendarse a la Virgen de Guadalupe para que le dé más fuerzas para vivir
Por su parte, Verónica narra que su vida no es distinta a la de sus hermanos. Se manifiesta triste por no poder caminar y no contar con las condiciones necesarias para tener una vida alejada de complicaciones y de riesgos. Tan solo ir al baño es un viacrucis permanente.
Para Sabina y Verónica, su hermana Daniela es su segunda mamá, pues es quien todos los días las asiste, les da de comer, las lleva al baño y acompaña en todo momento para hacer menos la pesadumbre de sus discapacidades. Daniela, quien aún está soltera, refiere que sus cuidados son difíciles y los realiza en virtud de que su mamá físicamente ya no puede hacerse cargo de ellas.
La situación de Cuauhtémoc quien respira la vida postrado en una cama hecha de palos y maderas recicladas se torna aún más complicada, pues además de estar inválido presenta vejiga neurógena cuya atención es constante, pues su familia debe estar al pendiente del vaciado de un catéter que le ayuda a drenar la orina.
Cuauhtémoc, nacido en 1986, se dice contento, y pide más apoyo de las autoridades pues el dinero que recibe del Gobierno Federal no le alcanza, pues casi todo se va en la compra de medicamentos.
Don Eugenio Calixto Martínez, papá de Sabina, Cuauhtémoc y Verónica, consiente de la dramática vida de sus hijos, señala que no hay dinero que alcance para ayudarlos, pues su escasa economía no da para satisfacer las amplias necesidades que padecen.
Comenta que para poder ayudar al gasto del hogar tiene que hacer escobas de sorgo escobero y picar piedras de molino por las cuales cobra una módica cantidad en afán de ayudar a sus clientes y obtener un recurso para el alimento de sus hijos.
El caso de la familia Calixto Soto apareció en la escena social desde que el extinto presidente Arturo García Velázquez abrió, en el 2017, el acceso principal de la Sección Los Calixto cuyos habitantes, para poder entrar y salir, tenían que aventurarse al recorrer sinuosos caminos y veredas. Así lo precisa Clemente Calixto, representante de la comunidad, quien recuerda que tenían que pasar entre veredas y lomas.
En este año 2021, el alcalde Jesús García Velázquez constató las condiciones en que vivían los hermanos Sabina, Cuauhtémoc y Verónica, por lo que a través de la regiduría de salud se les gestionó sillas de ruedas ante la Beneficencia Pública. Además de pavimentar con concreto hidráulico su principal acceso, una importante obra que era anhelada por la población.
Sabina y Verónica nunca habían salido de su hogar, no conocían su comunidad, su exterior, hasta que el edil Jesús García y su esposa Wendy Espino, presidenta honoraria del DIF, fueron por ellas y estrenaron sus sillas de ruedas al recorrer e inaugurar la pavimentación de su acceso principal.
Don Eugenio Calixto se dijo agradecido con la pavimentación de la carretera, pues antes la travesía era difícil, ahora, cuenta, sus hijas ya podrán conocer su entorno.
Aunado al interés que ha mostrado la autoridad municipal en el caso de los hermanos Calixto, ellos piden mayores apoyos que aminoren sus carencias, pues, además de la alimentación y medicamentos, urgen de recursos para construir un baño y cuartos dignos que favorezcan a sus vidas.