Luis Velázquez
Veracruz, México.- ESCALERAS: En Oaxaca, el gobernador Alejandro Murat, ha dado un paso que oscurece por completo la política migratoria de Veracruz.
Por ejemplo:
Crearon el programa llamado “Guelaguetza familiar”, que de entrada incluye el intercambio cultural, más que entre Oaxaca y algún pueblo del país o de Estados Unidos, con los migrantes originarios de la tierra de Benito Juárez y Ricardo Flores Magón en Estados Unidos.
Pero que en el terreno de los hechos ha llegado al campo social, reuniendo en EU a los migrantes oaxaqueños con sus padres.
Y aun cuando el modelo social ha sido utilizado en varias entidades de la república y Oaxaca se ha unido, en Veracruz, con todo y que según la Universidad Veracruzana, UV, hay un millón de paisanos jarochos, ningún interés ocupa ni preocupa al secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, más, mucho más interesado en amarrar la candidatura al Senado, soñando, quizá, que en el año 2024 (si Dios lo mantiene vivo) pudiera soñar con la gubernatura.
Por lo pronto, 41 padres de familia de Oaxaca viajarán a las ciudades de Nueva York y Los Angeles, donde se reencontrarán con sus hijos a quienes desde la década de 1990 (hace más de veinte años) no los ven y acaso sólo hablarían por teléfono de vez en vez.
Pero…la voluntad política y social del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante, cumpliendo las órdenes del góber hijo de José Murat Casab, líder nacional de la CNOP y ex coordinador del llamado “Pacto México” de Enrique Peña Nieto, es que la “Guelaguetza familiar” sea permanente.
Y por añadidura, más padres de familia seguirán viajando a EU para reunirse con sus hijos, gracias, además, a que el instituto tramitó una visa humanitaria otorgada por el consulado norteamericano para garantizar la seguridad y la tranquilidad en el tiempo huracanado y tormentoso que corre con Donald Trump.
PASAMANOS: Más aún: en Oaxaca han tenido suficiente voluntad política y social y el viaje de los padres de familia a EU tiene el apoyo de las organizaciones Mecenas, de Nueva York, y la Inmaculada Virgen de Juquila, de Los Angeles, y en la que participan oaxaqueños residentes en el otro lado.
Así, conjuntando esfuerzos con el gobierno de Oaxaca han logrado la posibilidad para reunificar a las familias que como suele acontecer con la migración quedan desintegradas.
Significa, entonces, que desde el palacio de Oaxaca cabildearon lo suficiente para el milagro social.
En Veracruz, sin embargo, están replicando el mismo esquema de Javier Duarte de crear y crear Pueblos Mágicos y que aun cuando se trata de un programa federal, huele a populismo demagógico ramplón y barato, pues a todas luces en rara y extraña ocasión ha servido para repuntar el turismo.
Y en contraparte, la SEGOB jarocha, encargada de la política migratoria, anda en el limbo, quizá, porque al mismo tiempo, les vale.
Lo peor, claro, sería que 9 meses y 9 días después, ni siquiera tengan conciencia social de dónde están sentados y que anden “a tientas y locas”.
Y más, cuando con todo y Donald Trump, cada semana continúan partiendo paisanos de Veracruz a Estados Unidos y a la frontera norte a los campos agrícolas del Valle de San Quintín, considerados como campos de concentración, y en donde están empleados unos diez mil jarochos.
Más aún: en los días más difíciles de la cantaleta trumpiana del muro en la frontera norte, algunos gobernadores del país (Graco Ramírez, de Morelos, y Silvano Aureoles, de Michoacán, por ejemplo), viajaron a Estados Unidos para cuando menos llevar la mínima y básica solidaridad a sus paisanos.
Y en Veracruz, la indiferencia. Mejor dicho, la insensibilidad.
CASCAJO: Veracruz se ha vuelto un estado migrante.
Tan es así que, por ejemplo, el investigador Rafael Arias Hernández dice que las remesas se han convertido en el sostén de la economía local por encima de los ingresos derivados por la caña de azúcar, los cítricos y el café.
En muchos poblados, muchas familias han mejorado sus condiciones de vida gracias a las remesas, además de que han construido sus casitas, incluso, al mejor modelo norteamericano.
Y aun cuando, cierto, y por desgracia, también hay muchas familias tronadas porque el jefe de familia partió para allá y construyó una nueva vida, en el mejor de los casos siguen pendientes de los hijos.
Por eso resulta mezquina la indolencia de la SEGOB local y que, bueno, se antoja peor si se considera la misma apatía, por ejemplo, con los desaparecidos, secuestrados, asesinados y sepultados en fosas clandestinas.
Y el menosprecio hacia los feminicidios que cada vez se multiplican dada la impunidad.
Pero, bueno, cuando hay un gobierno (“gobierno del cambio” le llamaron) que vive obsesionado con encarcelar al mayor número de duartistas que por ladrones y pillos, y cuando la prioridad número uno es el nepotismo, el aparato gubernamental sólo se utiliza para el proyecto político y penitenciario.
En política migratoria, el priista Alejandro Murat va por delante del ex priista y panista, Miguel Ángel Yunes Linares.