- Cínicos y obscenos
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. “El Rey del Codazo”
Esta noche iniciará la campaña de los candidatos a presidente de la república.
Y al lado de ellos habrá un personaje en las tres campañas principales.
Se le conoce como “El rey del codazo”, un político fuerte y vigoroso con los brazos que a partir de madrazos suele abrirse paso en medio de la multitud hasta quedar siempre a un lado del iluminado de cada partido político a Los Pinos.
Su objetivo es, primero, cumplir con la liturgia política de que el candidato lo vea y lo vea y lo vea, digamos, con el único objetivo de que su rostro quede grabado en la memoria del nominado como un político leal y fiel.
Y segundo, y por si la duda fallara la memoria, entonces, amarrar la foto para que al día siguiente, quizá el mismo día, aparezca en el noticiero televisivo, en las redes sociales, en el portal digital, y en la prensa escrita.
Desde luego, y en el caso de Veracruz, “El rey del codazo” más famoso, la flor más bella del ejido, ha sido el priista Enrique Jackson, quien a base de codazos a diestra y siniestra en el tiempo de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte siempre aparecía en el primer plano.
DOS. Un rey inteligente
La regla universal de “El rey del codazo” es lograr la permanencia voluntaria cerca del candidato así reparta madrazos, ganchos al hígado, a hombres y mujeres, aun cuando también hay otros políticos hábiles y zorrunos.
Por ejemplo, en el sexenio de Agustín Silvestre Acosta Lagunes, ningún cargo público recibió el priista Efrén López Meza.
Entonces, al cumplirse el primer semestre, perdidas las esperanzas de un puesto en el gabinete legal o ampliado, Efrén habló con don Agustín y le dijo, más o menos:
–Nada me tocó, Agustín. Solo te pido un favor: de vez en vez invítame a un evento, y me subes al entarimado, y delante de todos me abrazas.
Intrigado, Acosta Lagunes le preguntó las razones para que lo abrazara en público.
–Del resto, me encargo yo, y López Meza lanzó al mundo una de sus risas socarronas. Je, je, je.
De vez en vez, el gobernador lo invitaba y en efecto, Efrén se encargaba del resto cabildeando negocios con los presidentes municipales.
López Meza habría entrado a la historia como un “Rey del codazo” con una alta dosis de inteligencia.
TRES. “La estampida de los búfalos”
La campaña de los candidatos a presidentes de la república durará tres meses, pero luego enseguida, hacia el primer día del mes de mayo comenzará la jornada electoral de los nominados a gobernador de Veracruz.
Y de norte a sur y de este a oeste de la tierra jarocha, se conocerá a los reyes del codazo, que, de igual manera, escuchando “la estampida de los búfalos”, buscarán estar cerca de cada uno de los aspirantes a suceder en el trono al panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Será, claro, una lucha sórdida para ganarse un espacio en las neuronas y el corazón y el hígado de los candidatos, sobre todo, de quienes tienen más posibilidades por ahora, con todo y que las encuestas favorecen siempre a quien las paga como dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica.
Además de las elites políticas soñando con amarrar un cargo público los próximos 6 largos y extensos años, la lista de los “Reyes del codazo” aumenta con los desempleados, los subempleados, los tránsfugas de los partidos políticos y las barbies que cada sexenio suelen aparecer y se vuelven las ladies en turno.
Y más, porque luego de los ejemplos anteriores (Ainara, Dominga, Carolina, Anilú, Corintia, Shariffe, etcétera), la mitad de las reinis y la otra mitad desean, cierto, los privilegios derivados de la cercanía del poder, pero también cargos públicos, y cargos donde tengan poder y presupuesto.
Y de ñapa, posibilidades de una carrera meteórica en menos de un sexenio, como fue inaugurado en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, pues antes, mucho antes los políticos en turno eran más o menos discretos.
CUATRO. Obscenidad cínica
“El rey del codazo” una institución que merece el profundo, inalterable respeto de todos.
De entrada, se necesita una buena condición física, vaya a ser que en el camino a Damasco se les atraviese un orangután, también “Rey del codazo”, y les aseste un jab que los tire en la lona política.
Luego, el desparpajo del mundo para arrasar a las mujeres, considerando “la cuota de género”.
Y por supuesto, una alta dosis de obscenidad cínica para que les valgan las críticas, las injurias y las calumnias en un círculo tan cerrado como es el mundo de los políticos encumbrados, donde al mejor estilo de las guardias pretorianas ni el viento pasa.
Fue el caso, por ejemplo, del cuarteto de guardias pretorianos que tuvo Javier Duarte (Érick Lagos, Alberto Silva, Adolfo Mota y Jorge Carvallo Delfín) quienes flanqueaban al gobernador y nadie se le acercaba, ni siquiera, vaya, los miembros del gabinete legal, así fueran los secretarios General de Gobierno y de Finanzas y Planeación.
Saludemos, pues, a los “Reyes del codazo”, unas figuras jurásicas sobrevivientes de los tiempos más huracanados de la política y que resucitarán en las campañas.
