- Complot de Molina Palacios
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Probadita de gloria
El diputado local, originario de la sierra de Papantla, más famoso que Juan Zimbrón, Emiliano López Cruz, tendrá su probadita de gloria.
Según las versiones, el presidente de la Liga de Comunidades Agrarias, Juan Carlos Molina Palacios, ya movió relaciones y contactos para que sea ungido coordinador de la bancada del PRI en la LXIV Legislatura ahora cuando el titular, Juan Nicolás Callejas Roldán, anda de candidato senatorial.
Será, claro, un tiempecito breve, brevísimo en la vida de un legislador, pues el primero de julio la población elegirá a los nuevos “conscriptos de la patria”, y ahora, por tres años en vez de dos, y más aún, con derecho a reelegirse durante dos periodos consecutivos más.
Emiliano López es diputado por Papantla. Ya fue diputado federal. Y líder de la CNC.
Y de pronto, zas, resultó más amigo de Molina Palacios que de Bertha Hernández, la legendaria dirigente campesina, ex presidenta municipal, ex diputada y amiga de la delegada del CEN del PRI, Beatriz Paredes Rangel, originaria de Tlaxcala, pero jarocha de corazón.
DOS. 15 minutos de fama
Si Wharol tenía razón de que los seres humanos tienen derecho a 15 minutos de gloria y esplendor, en López Cruz serán más días, semanas, unos dos, tres meses, insuficientes, y en el caso, para levantar expectativas sociales en su pueblo.
Desde luego, bien podría repetir la famosa escena en Palacio Nacional de Felipe Calderón cuando un colaborador le dijo que el sexenio había terminado y entonces, preguntó cuántos minutos faltaban para las doce de la noche y cuando le dijeron que 15, firmó un montón de permisos para casinos en el país.
Lo importante, sin embargo, está en el otro lado de la moneda.
Simple y llanamente, la fuerza económica, política y social de Molina Palacios, pues ganó la partida a las elites rojas y quedó con “hacha, calabaza y miel”.
A: Impuso a López Cruz en la coordinación de la banca.
B: Es candidato a diputado local pluri en el número uno de la lista y por añadidura, entra porque entra.
C: Su diputado en la LXIV Legislatura bien puede servir para varias cositas, una de ellas, cabildear para aprobar todo al gobernador Yunes.
D: Molina cumple con sus antecesores en la CNC y reparte juego.
E: Dueño de un capital económico impresionante, le vale que el PRI haya sido lanzado del palacio de gobierno de Xalapa. El trae su propio juego.
F: Y, bueno, si en un momento determinado ha sentido que le están ganando el mando, entonces, se alía con otros, como cuando, y por ejemplo, se coaligó con el líder de la CTM, Víctor García Trujeque.
TRES. “El No Hay”
En su tiempo de diputado federal, donde entre otros también lo fueron Miguel Ángel Yunes Linares, Miguel Ángel Osorio Chong, Roberto Campa y la profe Elba Esther Gordillo, a López Cruz le endilgaron el apodo de “El No hay”.
Y “El No hay”, por su parecido al cómico Héctor Suárez con su famosa frasecita.
López Cruz, sin embargo, tiene, además, una liga amical con Pepe Yunes Zorrilla, el candidato priista a gobernador, y habrá quienes dirán que su voto fue decisivo para quedarse con la coordinación de la bancada priista en el Congreso.
Quizá.
Pero en el carril político se afirma que su ascenso, que pronto será oficializado, se debe a Molina Palacios.
Tal cual, a Emiliano (así lo bautizaron por Emiliano Zapata de igual forma como a Mussolini le pusieron de nombre Benito por Benito Juárez) le está yendo súper bien, en tanto el millón de indígenas y los dos millones de campesinos siguen pobres y pobres continuarán y pobres morirán según el pronóstico del Centro de Estudios Espinoza Yglesias.
CUATRO. Cachito de pastel
Bien pudo López Cruz pelear en su momento la reelección como diputado local, ahora en que el coordinador de MORENA, Amado Cruz Malpica, y del PAN, He Man Sergio Hernández Hernández, andan en la encomienda electoral.
La fuerza de su amigo, el cenecista, fue insuficiente.
Y más, porque Molina Palacios quedó con la candidatura pluri en el número uno de la lista cuando antes juraba y perjuraba que estaba lejos de la tentación imperial y faraónico del cargo público, pues su vocación social llegaba hasta la Liga de Comunidades Agrarias, y de ahí pa’lante, las oportunidades abiertas para los líderes rurales y sus hijos.
Si Callejas Roldán ganara en las urnas, lo que se antoja una proeza titánica, seguirá empujando la carreta y será Senador de la República que nunca pudo su padre.
Y si pierde, ninguna necesidad tendrá de regresar al Congreso local y fastidiar a López Cruz, tan contento y feliz con su cachito de pastel.