Luis Velázquez
Malecón del Paseo
27 de febrero de 2018
EMBARCADERO: El mundo camina a un nuevo tiempo en la historia de la humanidad… Será, ya es en muchas naciones de Europa, India, Japón y China, por ejemplo, un mundo automatizado, donde los trabajadores quedarán fuera por completo y su chamba la harán, la están haciendo, robots… Y lo peor, la entrada de robots en las fábricas y las empresas es en los pueblos pobres, donde los patrones, los grandes consorcios internacionales, pagan salarios miserables… El viejo sueño de “La dictadura del proletariado” de Carlos Marx y Federico Engels, de Lenin y de León Trostky, en que los obreros reinarían, por los suelos… Con todo y que parte de los intelectuales aseguran que sus tesis están más vigentes que nunca… En Bangladesh, por ejemplo, cientos de trabajadores han quedado resignados a mirar y admirar unas maquinitas de fabricación alemana tejiendo suéteres para venderse en el extranjero… Peor tantito: los trabajadores, unos cuantos, reducidos a contratarse para limpiar las máquinas y programar los diseños que los robots aplican…
ROMPEOLAS: El viraje que la humanidad dará “antes de que el gallo cante tres veces” llegará, incluso, está llegando al periodismo… En periódicos de Europa hay robots que están diseñando los periódicos impresos y digitales… También experimentan con robots reporteros, partiendo de la vieja tesis de que por lo general, los diaristas suelen formular las mismas preguntas a los funcionarios, sin ninguna imaginación creativa para analizar los hechos… Más todavía: en Japón ya inventaron muñecas robots que además de hacer el sexo, también dialogan, hacen limpieza en el hogar, cocinan y bailan… Y significan, claro, una medicina para curar y sanar la terrible y espantosa soledad que suele caer en la edad madura y multiplicarse en la senectud, en la que, por ejemplo, las personas de la tercera década suelen refugiarse en las plazas comerciales a ver pasar a la gente y cuando menos verse rodeadas de seres humanos…
ASTILLEROS: Un reportaje del The Wall Street Journal escrito por el reportero Jon Emont cuenta la historia del desarrollo industrial en Bangladesh, donde en seis años en las fábricas textiles los obreros fueron sustituidos por robots jubilando por completo a los trabajadores… Las grandes firmas de suéteres, como por ejemplo de las marcas Zara y H&M, son elaboradas por máquinas desde el principio hasta el final…Al momento, en el continente asiático (China, Camboya, etcétera) quedan pocos, excepcionales, rubros laborales donde los trabajadores son la estrella de cada día, pues los robots los han rebasado por completo… En las industrias de los tejidos, del vestido, de los automóviles, los artículos electrónicos y los zapatos dominan las máquinas… La tecnología anda tan avanzada que los maquinitas (la fatídica pesadilla humana) cosen bolsillos y pegan presillas en los pantalones, significando una bomba de tiempo social, porque el desempleo, el subempleo y los salarios mezquinos de que hablaban Carlos Marx y Federico Engels seguirán dominando… En un mundo automatizado ni siquiera en el relato bíblico está previsto el destino de la mano de obra…
ARRECIFES: La Organización Mundial del Trabajo advirtió a tiempo que “algunas naciones asiáticas podrían perder más del 80 por ciento de sus empleos de manufactura de prendas de vestir, textiles y ropa al tiempo que la automatización se extiende”… Dos años después la profecía se cumplió en Bangladesh donde ya necesitan dos millones de empleos nuevos para ocupar a la fuerza laboral tanto en expansión como a la que está relegada por los robots… Cierto, lo decía el escritor Alfonso Reyes, México siempre llega al banquete de la civilización con cincuenta años de retraso… Y será en el caso de los robots… La tendencia mundial es inevitable… Simple y llanamente, ya está ocurriendo en el otro extremo del mundo… Y cuando Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray han alardeado de que el país tiende a formar parte de los países más desarrollados, todavía faltará mucho tiempo… Incluso, hasta el mismo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares ha exclamado con euforia que Veracruz es ya, ya, ya, una potencia energética mundial, luego del yacimiento petrolero en Cosamaloapan… Ilusiones, sueños, utopías vanas, pues, ha de recordarse, en la locura, Javier Duarte profetizó (todavía seguimos esperando) que Veracruz sería una potencia económica mundial y era ya una potencia turística, líder del turismo de aventura en América Latina…
PLAZOLETA: Hubo un tiempo cuando la producción de Estados Unidos y Europa a las naciones subdesarrolladas, entre ellas, México, Asia y China levantaron expectativas económicas en los países jodidos… Pero muchos años después, el resultado fue (todavía) desastroso, pues la desigualdad económica, social, educativa, de salud y de seguridad se multiplicó en niveles insospechados, pues los grandes consorcios sólo buscaban mano de obra barata… Y entre más resignados y pacientes y aguantadores fueran los trabajadores más inversión privada internacional existía… La tendencia ha cambiado por completo… Los holdings económicos, los grandes industriales, apuestan más a los robots… Además, las maquinitas nunca organizan huelgas, ni interponen denuncias laborales en las Juntas de Conciliación, ni enferman ni se emborrachan, ni entran en la depresión para ausentarse del trabajo… Y con tantos ahorros, los dueños de las fábricas ofrecen productos de calidad más baratos al consumidor…
PALMERAS: Ningún profeta social, menos, mucho menos, los políticos estadistas, tampoco los economistas (tan dados a vaticinar el futuro) han visualizado el destino común… Algunos países del continente asiático diversificaron su economía a otros rubros… Por ejemplo cuando vieron que los robots invadían las fábricas textiles apostaron a los artículos electrónicos y de pronto, zas, también habían llegado a tales centros fabriles… Luego, se fueron al calzado, y de igual manera… Y ahora se sienten acorralados cuando están mirando la mano de obra humana en la desesperación social… El mundo, pues, se está complicando… Sabrá Dios el momento en que la tendencia mundial robótica aterrice en América Latina, pero de que llegará, ninguna duda… Y más cuando la apuesta de los países es a la inversión extranjera… Y los magnates del mundo apuestan a los robots que ni el cineasta Guillermo del Toro ha vislumbrado con todo y “La forma del agua”, la película llena de monstruos geniales…