Luis Velázquez
Veracruz, México.- Uno. Gallos en Carlos A. Carrillo
Desde que “el gallo cantara tres veces” anunciando la traición de San Pedro cuando negara ante el soldado romano su amistad con Jesús, y luego del famoso “gallo de la pasión”, los gallitos han servido como figura literaria para documentar las relaciones desaforadas y alcanzado su dimensión estelar en el Veracruz azul como fue la noche del jueves 24 de noviembre en la Cuenca del Papaloapan, y en donde la Fiscalía escenificara un nuevo capítulo frívolo.
Por ejemplo, en la novela “El coronel no tiene quien le escriba”, de Gabriel García Márquez, convertida en película y filmada en Chacaltianguis con Salma Hayek actuando de trabajadora sexual y Fernando Luján interpretando al militar esperando y soñando con el cheque de la pensión que nunca llegó, siempre andaba entre sus brazos con un gallito que, presupone, es su amuleto de la buena suerte.
Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador y once veces presidente de la república, solía aburrirse en la tarea de ejercer el poder y gobernar, y de pronto, zas, dejaba un comisionado en palacio y caminaba en días y noches de farra en los pueblos vecinales jugando a las gallos, acompañado siempre de una damita, y de alcohol.
El jueves 24 en la noche se efectuó una pelea de gallos en Carlos A. Carrillo, luego de que, bueno, fue dura en su tiempo la protesta social en Veracruz debatiendo la ley que prohíbe la pelea de gallos, en tanto, cuenta la leyenda, representa el sostén económico de las de familias, en un pueblo, como el jarocho, tan gallero, y tan desempleado.
Y de pronto, la Fiscalía del jefe máximo de las paellas, Jorge Wínckler, a través de su Fiscal Especializada en Protección Animal, envió a seis patrullas con policías ministeriales para detener las peleas de gallos.
Y como aun cuando el góber azul cacarea que Veracruz está en paz y en tranquilidad y el primogénito dice que la violencia “no es alarmante”, y en todo caso, es culpa de los ex gobernadores, se armó el zipizape en el pueblo y todos a correr, como si se tratara, por ejemplo, de la entrada de sicarios en Hidalgotitlán cuando asesinaran al presidente municipal, militante del Panal, el partido del ideólogo partidista Vicente Benítez, “El señor de las maletas voladoras” y “El profe de las tangas eróticas”.
Dos. El Fiscal Vegano
En respuesta, el alcalde en funciones, Mauricio Carlín Castillo, trepó a su facebook un texto de protesta dirigido al señor Andrés de la Parra, amigo de Jorge Wínckler a quien le creó la Fiscalía en Protección Animal, pues los amigos, decía el ideólogo priista, Humberto Troncoso Olivares, QEPD, “se conocen en la nómina”.
El alcalde fue lacónico:
A. “Deje de estar de protagonista”.
B: “Ojalá así resolvieran los secuestros y asesinatos que se dan en la Cuenca del Papaloapan”, cuando, además, y en la misma semana (24 de noviembre, 2017) seis personas fueron secuestradas (4 en la carretera Veracruz-Xalapa, una en Orizaba y otra en Cuitláhuac, además de un par de ejecutados en Misantla y Chontla.
C: “Mientras no ande asustando a mi pueblo con sus operativos protagónicos para que el Gobernador le crea que trabaja”.
D: “Usted desde su oficina no sabe que la economía de un pueblo pequeño en este tipo de eventos que son tradición se ayuda nuestra gente”.
“Por gente como tu ya no se sacrificarán pollos para comer y vacas”.
“De seguro eres vegano”.
Tres. Fiscal irónico y burlón
Entonces, el Fiscal don Andrés de la Parra, igual, igualito “de poca mecha” a su amigo Wínckler, fans de Donald Trump con sus tuitazos, reviró de la siguiente manera al presidente municipal de Carlos A. Carrillo:
A. “Como autoridad, usted es el primer obligado en cumplir y hacer cumplir la ley.
B: “No incite a la ciudadanía a corromper la normativa”.
C: Irónico y burlón, dijo: “Gracias por indagar en mi dieta, cuando guste le doy algunas recomendaciones”.
Cuatro. “Amores perros”
Después, el Fiscal cuya mística diaria de trabajo es frenar, abatir y desaparecer el maltrato a los animales, siguió tuiteando sobre el debate en su tiempo de la ley para proteger a los gallitos y que, bueno, recuerdan el tiempo de Javier Duarte, cuando el alcalde de Rodríguez Clara, entre otros, tenía en el patio del palacio municipal un gallero donde los fines de semana se jugaban apostando cantidades millonarias vigilados todos por los elementos policiacos.
Y en contraparte, para entonces iban unas doscientas mujeres asesinadas en el pueblo, sin que nada, absolutamente nada pasara.
Incluso, este año en Tlacotalpan, el paraíso de Duarte en la Cuenca del Papaloapan durante el sexenio anterior, los toros padecieron el maltrato tradicional en las fiestas de la Candelaria y nada pasó.
Nada fácil sería que de igual manera como sucede en la película de “Amores perros”, con Gael García Bernal, también en algún rincón de Veracruz organicen peleas de perros, sin que lo anterior insinúe, por ejemplo, los amores perros de César del Ángel, el legendario líder de los 400 Pueblos, preso de la yunicidad, y que desde el hospital donde está internado se encuerara por completo y luego de colocar una fotografía del alcalde de Boca del Río en una cartulina se la colgara de sus partes inferiores, mostrando sus pellejos en el aire.
Cinco. Rudeza innecesaria
Las seis patrullas con policías ministeriales enviadas por la Fiscalía a Carlos A. Carrillo parecieran rudeza innecesaria, cuando si se ha de cumplir la ley con una o dos es suficiente.
Y más cuando, por ejemplo, se necesitan policías para desbloquear las vías de comunicación, como el jueves 23 de noviembre en Xalapa cuando la llamada “Red Autónoma de Campesinos Indígenas, Movimientos y Organizaciones Sociales”, Racimos, se expresó con machetes reclamando la entrega de proyectos productivos y de vivienda.
Y/o cuando también se necesitan policías en pueblos como Hidalgotitlán donde una banda de treinta sicarios entró al pueblo luego de una cabalgata y asesinaron al presidente municipal electo.
Pero como se vive el tiempo frívolo de la política, igual que en el duartazgo…
Y de ñapa, todo pretende hacerse aparatoso creando la sensación de que los azules luchan contra el coco llamado Javier Duarte y sus duartistas…
Y cuando la egolatría de los yunistas compite entre sí para quedar mejor…
Y cuando el poder político se ejerce con megalomanía, como el caso del Fiscal General con mandil largo y gigantesco para su estatura haciendo la mejor paella del Golfo de México…
Y el caso del Fiscal para Desaparecidos quien cuando el Solecito le exigiera cuenta de sus hijos lanzara su pregunta bíblica de “¿Cuál prisa por los desaparecidos… si desaparecidos están?”…
Entonces, tal cual, el señor Andrés de la Parra también decidió jugar en el imaginario social y por eso lanzó el sexteto de patrullas a Carlos A. Carrillo, donde el alcalde se lanzara en contra.
Aquí, dijo el edil, somos galleros y los gallos ayudan a la economía del pueblo en un Veracruz donde en doce meses ni una fuente de empleo ha sido creada en las zonas urbanas, y menos, mucho menos, en las demarcaciones suburbanas, rurales e indígenas.