Disminuir la cantidad de sal en los alimentos es la recomendación más emitida por las autoridades de salud, debido a los daños que causa; sin embargo, hay otro que podría tener mayores consecuencias: el azúcar.
El consumo excesivo de sal puede provocar hipertensión y diversas enfermedades del corazón, pero el riesgo es mayor si se consume azúcar, en promedio más de 74 gramos al día, según revela un estudio del Instituto de Salud de Kansas.
“Casi toda la sal de la dieta proviene de comidas procesadas, que también son una fuente rica en azúcar añadida. Evidencia de ciencia básica, estudios de población y ensayos clínicos señalan que los azúcares-especialmente el monosacárido de fructuosa-juegan un rol determinante en el desarrollo de la hipertensión”, explica James Dinicolantonio, miembro del grupo de investigación.
Los investigadores explicaron que una dieta con al menos un 25% de calorías provenientes del azúcar, aumenta hasta el triple el riesgo de morir de un evento cardiovascular.
Asimismo, el consumo diario de más de 74 gramos de azucares aumenta en un 30% la posibilidad de padecer presión arterial por encima de los 140/80 mmHg.
A pesar de que se reduzca la ingesta de azúcar, se puede seguir consumiendo en altas cantidades sin darnos cuenta, por ejemplo en un refresco (65 gramos por cada 600 ml), barras de granola (23 gramos), barra de canela (55 gramos) o una taza de cereal azucarado (25 gramos).
“Demasiada azúcar en una dieta puede contribuir a la formación de caries, obesidad, dificultad para controlar la diabetes tipo 2 y niveles más altos de triglicéridos”, concluye Claudine Kavanaugh, otra de las investigadoras.
(Con información de El Universal)