Luis Velázquez/ Barandal
05 de septiembre de 2019
ESCALERAS: Más, mucha más sensibilidad social tiene Salma Hayek, la actriz originaria de Coatzacoalcos triunfadora en Estados Unidos y Europa que, digamos, el góber precioso de Veracruz, el arzobispo de Xalapa y los alcaldes de Coatzacoalcos y Xalapa.
A propósito de la masacre en el bar “El caballo blanco”, Salma Hayek, expresó una frase imborrable de seis palabras:
“Es hora que acabe tanto sufrimiento”.
En contraparte, el góber precioso luego luego, encolerizado, inculpó a otros de la matanza.
Y el arzobispo habría repetido su frase célebre de “sólo queda rezar”.
Y el alcalde de Coatzacoalcos, Víctor Carranza, su dichito de que hablaría con los narcos para volverlos al camino del bien.
Y el edil de Xalapa solo alcanzaría a decir que “se cuiden unos a otros”.
PASAMANOS: Por vez primera, en tantos años de violencia, de Javier Duarte a la fecha, Salma se ocupa de Veracruz.
Quizá las 29 víctimas de la masacre la habrían estremecido cuando, y por ejemplo, ya iban 162 mujeres asesinadas, más las doce muertas, asfixiadas, la noche del martes 27 de agosto a las 10:30 P.M.
Pero, bueno, son palabras mayores y crucemos los dedos para ver si acaso y en nombre de la República Amorosa y la Cuarta Transformación por decreto, el gobierno de Veracruz escucha y valora y sopesa para bien la postura de Salma y actúa.
CORREDORES: Al momento, muchos pueblos se han sublevado al oleaje de inseguridad, incertidumbre y zozobra.
En Coatzacoalcos, hubo un tiempo cuando los vecinos organizaron marchas y plantones ante el palacio municipal, discursos incendiarios, cartas a la ONU, el lanzamiento de una Plataforma por Internet y protestas en la Ciudad de México, y de nada valió.
En Soledad Atzompa, los vecinos lincharon y quemaron vivos a 6 malandros presuntos secuestradores de maestros. Y de nada valió.
La violencia está fuera de control. Por eso, Salmita dice que “es hora que acabe tanto sufrimiento”.
BALCONES: Pero como Cuitláhuac tiene su Salma en una modelo de Liverpool y el secretario de Gobierno en otro de Villa Aldama y el secretario de Seguridad Pública otra Salma en una chica bellísima en su oficina, entonces, quizá la palabra de la exitosa actriz pase inadvertida.
Y más, cuando alrededor del trío hay un ejército de lisonjeros tirando incienso a los patrones y a quienes hacen levitar.
PASILLOS: La población ya está desesperada. Harta. Encabritada con el oleaje desfondado de inseguridad.
Cada día hay más de diez asesinatos y con la matanza de Coatzacoalcos la sicosis de miedo, temor, pánico y horror se ha multiplicado, al grado de que, por ejemplo, en el sur, las familias comienzan a migrar a otras ciudades.
Una señora, por ejemplo, envió a sus tres hijos a la Ciudad de México para vivir allá con su familia y ella, ni modo, por lo pronto se quedó ahí porque trabaja y está a punto de jubilarse.
VENTANAS: Además de la angustia en el diario vivir de las familias, la economía local está desorbitada.
Ya de por sí, la recesión es canija. Y con tanta violencia, peor. Los restaurantes, por ejemplo, cada vez más están más vacíos. Y los antros, de igual manera. Hasta las palapas en la playa de Coatzacoalcos están cerrando.
Pero el sufrimiento de las familias es el más canijo. “Es hora de que acabe” dice Salma. Por desgracia, ninguna autoridad le hará caso. No pueden. Están rebasados. El principio de Peter los ha paralizado. Los carteles siguen imponiendo la agenda pública. Y la política de seguridad solo es reactiva.