*Especialistas afirman que tras el procedimiento, la piel del escroto estará más suave y tersa
Últimamente muchos hombres están sucumbiendo ante una excentricidad: inyectarse botox en el escroto, que es la piel rugosa que cubre los testículos. Seguro te estarás preguntando ¿para qué rayos hacer eso? Pues bien, quienes lo han hecho señalan que es para disminuir las arrugas en esa zona y que los testículos se vean un poco más grandes y provocativos.
La moda lleva por nombre “scrotox” y comenzó en los Estados Unidos, donde las clínicas de cirugía estética ofrecen este “novedoso” tratamiento a un precio inaccesible para la mayoría de los mortales, ya que supera los tres mil euros.
Esta técnica ya traspasó fronteras, pues al menos en Reino Unido, según una publicación del diario The Mirror, el número de hombres que habrían solicitado este servicio, se ha duplicado.
La intervención requiere de anestesia y dura menos de una hora, pero el problema son los cuidados post operatorios, ya que el paciente tiene que estar al menos seis semanas sin realizar esfuerzos ni movimientos bruscos, y sí, eso quiere decir que las relaciones sexuales ¡están prohibidas!
Especialistas afirman que tras el procedimiento, la piel del escroto estará más suave y tersa, pero al aplicar el botox, los testículos se verán más grandes y un poco más colgados, lo que genera una sensación de envejecimiento genital. Además advierten que podría interferir en la correcta producción de espermatozoides.
Aunado a esto, hay que tener en cuenta que el uso de la toxina botulínica (el botox) es para tratar las arrugas de expresión en el rostro, por lo que su suministro en otras partes del cuerpo no estaría autorizado ni respaldado legalmente en algunos países.