Redacción EL PIÑERO
Oaxaca, México.- Cuatro militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se registraron como pre candidatos para la presidencia de Jalapa de Díaz; y de ellos resaltan dos: uno que fue preso tras haber dado muerte a un niño y otro que quiere gobernar por cuarta ocasión a pesar de haber hundido en el rezago a esa zona indígena.
Ante la comisión de procesos internos, el día de ayer –lunes- se registraron como precandidatos: Cristian Ramírez, Gregorio Sierra, Álvaro Rafael Rubio y José Luis Julio Calixto. Todos ellos buscan abanderar al PRI para contender por la presidencia de ese importante municipio mazateco, hoy gobernado por el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Las bibliografías populares de los precandidatos se muestran con cauces desfavorables en vísperas de la definición. Y es que el PRI tendrá que elegir la baraja menos contaminada a fin de intentar dar batalla en un búnker electoral morenista.
ÁLVARO RAFAEL RUBIO
https://twitter.com/gleyghor/status/837443105615986688
De entrada, Álvaro Rafael Rubio, la carta fuerte del roñoso evielismo, es quien saborea la unción de la candidatura como pago de favores a su sumisa y cómplice función como legislador y expresidente municipal, cuya función ha sido siempre cabildear para desviar recursos de la dolida y olvidada población indígena.
Y los ejemplos son vastos que se exhiben ante el ojo público. Durante sus gobiernos y desde el propio Congreso de la Unión, Rafael Rubio fue incapaz de dar vista de progreso a la marginada carretera que conecta a Jalapa de Díaz con Tuxtepec. Y es que nunca tuvo la preocupación de alzarse en protesta para rehabilitarla. Por el contrario, fungió como protector de la omisión gubernamental.
Así también, en sus once años como funcionario público – 9 de presidente municipal y 2 de diputado federal—no logró que los gobiernos voltearan a rescatar el olvidado hospital el cual, por el contrario, a través de pandillas priístas robusteció su saqueo. Un crimen de lesa humanidad que se mantiene como una carga de muerte en agravio de los indígenas mazatecos.
Es pues como se ha convertido en el enemigo número uno de su raza. Dejó una herencia de saqueo y rezago social que convirtió a Jalapa de Díaz en una gran fábrica de pobres, en un pueblo abierto a la corrupción que hoy, según precisa Ángel Domínguez Escobar, dirigente de MORENA, se ve reflejada en ranchos que se construyó para convertirse en el cacique a costa de los caminos del polvo y de toda esa miseria que viste a ese noble municipio del Alto Papaloapan.
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CRISTIAN RAMÍREZ
Cristian Ramírez va por el PRI de la mano de dos padrinos: Cándido Coheto y el propio Álvaro Rafael es, digamos, su carta alternativa en caso de no poder enquistarse en la candidatura. Aunque el médico Cristian no tiene trabajo social, le apostarán a su servicio asistencial pese a que, por origen, no tiene la empatía popular que se exige en los terrenos electorales.
GREGORIO SIERRA
Por su parte Gregorio “Goyo” Sierra se registró como precandidato frente a un camino totalmente incierto. Sin padrino, sin apoyo, sin asesores, pepena una candidatura que derivaría en un fracaso electoral anticipado. Y es que a espaldas lleva la muerte de un niño que, de acuerdo a archivos periodísticos, le quitó la vida en el 2010 luego de irrumpiera y desatara un tiroteo en el marco de una boda que se celebraba en el salón social del mercado municipal.
Años después, se dio a conocer, logró la libertad luego de solventar una fuerte suma dinero a la familia del infortunado niño y a las autoridades.
PEPE JULIO
Y por último, otra de las barajas de Álvaro Rafael es José Luis Julio Calixto, popularmente conocido como “Pepe Julio”, cuya cualidad es ser un popular tortillero. De ahí en fuera, no hay otros atributos ni favorables pero tampoco negativos que le solventen para endurecer una posible candidatura.