Jaime GUERRERO | El Piñero
Oaxaca, Oax. — Lizbeth Concha Ojeda, hasta hoy Secretaria General del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Oaxaca, ha presentado su renuncia tanto a su cargo como a la militancia en el partido.
Con esta decisión, se avivan las especulaciones sobre su futuro político, ya sea formando una bancada independiente en el Congreso de Oaxaca junto a la diputada Natividad Díaz Jiménez o uniéndose a las filas de Morena en la próxima legislatura.
La renuncia de Concha Ojeda no ha sorprendido a quienes seguían de cerca su trayectoria en el PRI, pues su descontento con las decisiones de la dirigencia era evidente desde hace tiempo. En su salida, dejó claras sus razones, acusando a las dirigencias nacional y estatal —actualmente encabezadas por el poblano Javier Casique— de exigir “sumisión” en lugar de institucionalidad. “Las dirigencias actuales no exigen institucionalidad, exigen sumisión”, declaró. “El PRI que conocí y en el que me formé ya no es el mismo. Se ha alejado de la verdadera voluntad popular”.
Las declaraciones de Concha Ojeda también tocaron el tema de la cerrazón y la intolerancia que, según ella, se han incrementado en el PRI en los últimos años. Criticó duramente el hecho de que se haya dejado de escuchar a la militancia activa en territorio, excluyendo a quienes han mostrado disposición de trabajo y exigido participación en la toma de decisiones. En cambio, señaló que se han privilegiado decisiones “cupulares” y dirigido el partido con “dirigencias impuestas”.
Este movimiento de Lizbeth Concha Ojeda tuvo un primer indicio en su asistencia al taller de formación política convocado por el diputado Benjamín Viveros, una figura clave en Morena, lo cual parece apuntar hacia su posible cercanía con el partido que hoy gobierna el estado.
La salida de Concha Ojeda representa un golpe significativo para el PRI en Oaxaca y podría tener repercusiones en la configuración política de la próxima legislatura local.