➡️Una odisea de tinta y papel que desafía los límites del tiempo y la tecnología
Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- Retrocedamos en el tiempo, casi cuatro décadas, cuando transformar la crónica de la Cuenca del Papaloapan en palabras impresas era una hazaña digna de un héroe del periodismo. Aquellos días eran tiempos ásperos, pero el pueblo, con su inquebrantable empatía, se convirtió en el escudo de este esfuerzo monumental.
Hoy, la edición número 6000 de El Piñero de la Cuenca emerge en toda su gloria. Roberto Hernández Torres, el titán al timón durante casi cuarenta años, ha mantenido el barco a flote con la firmeza de un marinero en una tormenta. Este periódico sigue siendo el único cronista de la vida pública de Loma Bonita y la región de la Cuenca del Papaloapan, un bastión de blanco y negro en un mar de colores digitales.
Detrás de este espectáculo de resistencia y tradición se encuentra un equipo invaluable, almas comprometidas con la proeza de la tinta en un mundo que ha sucumbido a la tentación de la tecnología. En El Piñero de la Cuenca, el papel no es solo un medio; es una cultura, una forma de vida, una voz única en el estrépito de la modernidad.
Hoy, alzamos la copa por nuestra edición número 6000 y extendemos un agradecimiento sincero a nuestro honorable pueblo. Ustedes siguen comprando este periódico no solo por costumbre, sino como un tributo a las historias que el universo digital no puede retener. Estas historias viven en el papel, tangibles y eternas, reflejo de lo que somos, fuimos y seremos.
Gracias, lectores de El Piñero de la Cuenca.
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