Luis Velázquez | El Piñero
30 de agosto de 2021
EMBARCADERO: Hay en Netflix una serie kilométrica intitulada “Los audaces”… Son historias duras y rudas entre abogados y despachos jurídicos para ganar la clientela de las grandes ligas… Sucede en Nueva York y cada capítulo desborda la inteligencia, la experiencia, el talento, las estrategias, las habilidades y el tráfico de influencias y el conflicto de intereses y las presiones y represiones, claro, que suelen darse en las alturas, primero, para quedarse con los mejores clientes, y segundo, para ganar en los tribunales…
ROMPEOLAS: La historia central gira alrededor de un despacho de asociados… La socia mayoritaria, una mujer de color, llena de audacia… A su lado, par de abogados… Uno, frío, cerebral y calculador… Y el otro, un hombre emocional que sucumbe ante los sentimientos propios y ajenos y que significa una de sus peores debilidades en un mundo tan competido y reñido… Alrededor de ellos, un chico que ni es abogado ni tampoco estudió en la Universidad de Harvard, como todos ellos, pero igual de temerario y habilidoso…
ARRECIFES: La serie está salpicada de aventuras sexuales… La jefa máxima, con un abogado de color… Un asociado, con un montón de mujeres que entran y salen de su vida, playboy soltero que se considera y mira… El asociación emocional, con una mujer que “lo trae de cabeza”… Y el chico, descarrilado en el amor, el deseo y la pasión con una chica, compañera de trabajo, que ha tenido experiencia amorosa con un casado… Y en medio de todos ellos, la disputa con otros despachos para imponerse en los tribunales…
ESCOLLERAS: En la serie, la lealtad ocupa papel estelar… Más que la experiencia y la vivencia, fogueados en el campo de batalla, para el trío de abogados dueños del despacho (una mujer y dos hombres) lo único importante es la lealtad… Y en todas las circunstancias… Incluso, tiempo sombrío cuando exigen la lealtad a ellos por encima de la familia… Y cuando, además, caray, piden que una mujer abogada traicione a su padre, exitoso licenciado… De lo contrario, el traidor, el desleal, en automático es lanzado del paraíso… Además, boletinado… Además, satanizado en otros despachos para que nadie lo acepte ni siquiera, vaya, como mandadero…
PLAZOLETA: El papel estelar lo desempeña el abogado frío y cerebral… Todos los días, temprano, hace ejercicio y trota en los parques y calles y avenidas… Y se mantiene en forma, aun cuando todos los días desayuna hot dogs con refresco de cola, quizá propaganda de la comida chatarra… Es el litigante que gana de todas todas en la barandilla y el juzgado… El que de igual manera triangula para imponer influencias… Y el que hace arreglos en lo oscurito, debajo de la mesa, para pactar… Y el que enfrenta a los ministros de la ley y gana… Es soltero y en la calle y los restaurantes las mujeres voltean a mirarlo…
PALMERAS: Como es natural, en el despacho el abogado frío y emocional se enfrentan porque cada uno quiere los mejores casos… Y uno y otro se “agarran del chongo” para quedar bien con la jefa, la abogada de color… Se intrigan y asestan, más que “puñaladas traperas”, puñaladas al corazón… Todo, para quedarse con el poder total y absoluto… Unas veces, la jefa los llama a la reconciliación y se dan una tregua… Pero a la primera de cambios, de nuevo suenan y resuenan los tambores de guerra… Y tales pasiones mantienen el interés del espectador… La serie bien pudiera considerarse un doctorado en Leyes en universidad norteamericana…