PIÑADERO POLÍTICO/El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- En medio de la crisis que agobia al estado de Oaxaca –gracias al quebranto financiero heredado por el exgobernador Gabino Cué—existen gobiernos municipales que montan shows pese al coraje y repudio social; mantienen el poder público a cambio de despensas –que se compran a un solo proveedor- y manipulan a presidentes municipales.
Por ejemplo, en la Cuenca del Papaloapan, Loma Bonita luce en los reflectores de la nueva era caciquil protagonizada por Felipe Reyes Álvarez, quien llegó como “el azote de los repetidores” y se enquistó en el poder para repetir las viejas prácticas que condenaba.
En la nueva administración municipal, acomodada para Nahim Morales Elvira, Reyes Álvarez controla todo: el dinero, la administración, los programas sociales. Y decide los puestos clave y secundarios en el Ayuntamiento. Es decir, es quien gobierna desde la curul federal.
Desafortunadamente, Morales Elvira está cooptado, atado a los intereses del jerarca perredista. Es manipulado y usado como parapeto del gobierno preside. “Lidera” un gobierno sin controlarlo. Y los ejemplos se dan al contado:
1. En lo que va de su primer mes de mandato, Nahim Morales no ha implementado un solo programa social por cuenta propia. Ni uno solo. Espera instrucciones de Reyes.
2. No tuvo la soltura para poner a su tesorero, se lo impusieron; Isaac Melchor Reyes, por cuarto ciclo perredista, se hará cargo de los dineros. Es el hombre fuerte que manejará los millones de pesos de su administración.
3. También, Felipe Reyes le impuso a su hermano como secretario municipal: Roberto Reyes. Y como regidora de hacienda y obras mandó a su comadre, Sofía Velasco. Todos fieles testigos y vigilantes de los hechos del presidente impuesto.
Así, Nahim cuenta como un ente fantasma: sin decisiones importantes, sin facultades para cerrar los grandes cochupos, como las obras, por ejemplo. Y sin la posibilidad de mandar y dejar sello histórico de su presencia al mando de un gobierno.
Bajo el Show del titiritero Reyes y ajustado a un libreto sin salida, será difícil que Morales Elvira, un hombre noble pero sin poder, pueda dejar huella. Caminará bajo un escenario de obediencia y, en dos años, será imposible alcanzar las metas que logró su antecesor César Benítez Chaparro.