Son niños de entre 6 y 15 años que deberían estar ocupando su día entre la escuela y el juego, pero en lugar de tomar un cuaderno y un lápiz para estudiar o una pelota para jugar, estos menores portan rifles y palos. La violencia en Guerrero y la ausencia de un Estado que los proteja los orilló a defenderse solos. Viven en Chilapa de Álvarez donde solo hay preescolar y primaria. Si quieren ir a la secundaria tienen que trasladarse al municipio vecino de José Joaquín de Herrera, en poder de Los Ardillos, responsables de secuestros, extorsiones y ejecuciones.
Bernardino Sánchez Luna, uno de los líderes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF), alertó que Los Ardillos amenazaron con entrar esta semana a sus comunidades para masacrar a los pobladores. Por eso, dice, seguirá entrenando a adultos, niños y niñas en el uso de las armas: “Mis compañeros indígenas corren el riesgo de ser masacrados, quien no sabe usar un arma no se va a defender”.
Guadalupe Fuentes López
Ciudad de México (SinEmbargo).– En mayo de 2019 un grupo de niños armados con palos aparecía en un video realizando un adiestramiento para combatir a Los Ardillos. Habían pasado cuatro meses desde que ese grupo delictivo atacó a su comunidad, ubicada en Chilapa de Álvarez (Guerrero), dejando 12 muertos. El Gobierno del estado les prometió patrullajes y en lugar de eso vino otro ataque. Se cansaron de esperar la ayuda y ahora una nueva grabación ha dado la vuelta al mundo este 2020: 17 niños con rifles y cubiertos del rostro se preparan para defender, junto con los adultos, a su pueblo.
Son niños de entre 6 y 15 años provenientes de las comunidades de Alcozacán, Xochitempa, Ayahualtempa y el Rincón de Chautla, en el municipio de Chilapa de Álvarez, los que ya están en entrenamiento y al menos 10 niñas han mostrado interés en incorporarse. Son menores que viven en poblados donde solo hay preescolar y primaria. Si quieren estudiar la secundaria tienen que trasladarse al municipio vecino de José Joaquín de Herrera, en poder de Los Ardillos.
“Las niñas y los niños nos dicen: ‘si no podemos seguir en la escuela, tenemos que prepararnos para defendernos’”, dijo en entrevista a Bernardino Sánchez Luna, uno de los líderes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) en Guerrero.
Guerrero es uno de los estados más pobres y violentos de México. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, México registró 34 mil 582 asesinatos en 2019 y mil 875 de estos homicidios tuvieron lugar en Guerrero. En el ámbito educativo, la entidad gobernada por Héctor Astudillo Flores enfrenta un rezago: el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 7.8, lo que equivale a poco más del primer año de secundaria, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sánchez Luna aseguró que Los Ardillos están amenazando a las comunidades de Ayahualtempa, Tula y Rincón de Chalco de que van a toma sus pueblos y masacrar a sus habitantes. “El Gobierno del estado de Guerrero se comprometió a poner la Guardia Nacional, pero hasta ahorita no lo ha puesto, solo están los policías municipales, pero ellos están con Los Ardillos”, destacó.
En Guerrero operan tres cárteles mayores –Caballeros Templarios, Cártel de Jalisco Nueva Generación y los Beltrán Leyva– y 19 células y cárteles menores, entre ellos Los Ardillos, dedicados a la siembra de amapola y que desde el año 2015 mantienen una guerra por el control del territorio.
A Los Ardillos se les atribuye, según Sánchez Luna, el secuestro de 32 habitantes de Chilapa (mayo de 2015), las muertes de 12 personas en la comunidad del Rincón de Chautla (enero de 2019) y la ejecución de 10 integrantes del grupo musical “Sensación”, quienes fueron torturados y calcinados en enero de este año.
“El Gobierno sabe perfectamente quiénes son, sin embargo, no hay ninguna detención”, detalló el líder de autodefensas. “Se hizo un acuerdo con el Gobernador del estado Héctor Astudillo de poner un campamento en el crucero de Colotepec en donde iban a patrullar y desalojar el grupo delictivo que está en el panteón de Tula, sin embargo, no lo han hecho. Siguen asustando a la gente”.
TOMAR LAS ARMAS, SU ÚNICA OPCIÓN
Para Bernardino Sánchez Luna, de la CRAC-PF, la única opción de los pobladores en Chilapa de Álvarez es tomar las armas. Denuncia el abandono de los gobiernos municipales y estatales, y ahora hace un llamado a la autoridad federal.
“Los gobiernos municipales y estatales no hacen caso, por eso le estamos pidiendo al Gobierno federal, al Presidente Andrés Manuel López Obrador que detenga a los agresores, a aquellos que han matado y desaparecido a nuestros compañeros. Esto se lo dimos a conocer al gobierno del estado para que hiciera la búsqueda y ya lleva como dos meses y no nos dan una respuesta”, mencionó.
Bernardino está consciente del peligro que es entrenar a los niños para manejar las armas. Sabe también de las críticas que reciben por hacer esta labor, pero prefiere ser cuestionado a dejar que más niños del municipio sean reclutados o ejecutados por el crimen organizado.
“El Gobierno y derechos humanos siempre nos han cuestionado (por preparar a los niños), pero les decimos que no hablen a lo tonto, que vengan e investigue a los pueblos. Nosotros sí preparamos a los niños y a la gente grande, pero no es para formar sicario”, explicó Sánchez Luna. “En la comunidad se prohibe la venta de droga y que consuman enervantes”.
De acuerdo con el informe anual 2019 “Infancia y Adolescencia en México, entre la invisibilidad y violencia”, de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), desde el año 2000 y al cierre de 2019 la violencia alcanzó a casi 21 mil niños y jóvenes víctimas de homicidio doloso y más de 7 mil casos de niños desaparecidos.
Para Martín Pérez García, director general de Redim, “ver a niños que se estén preparando con armas para defenderse de la delincuencia es una muestra del fracaso de la estrategia del Estado que no puede garantizar la seguridad de los habitantes”.
“Este no es un tema nuevo y se da en el marco de la violencia que se ha generalizado en el país, porque (Felipe) Calderón hace 13 años decidió iniciar una guerra contra el crimen a través del uso de militares. Durante esos 13 años, ya abarcando también las administraciones de (Enrique) Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, se ha fortalecido la cultura militar. Esta militarización se da en todo, la policía municipal ya está vestida como los militares, y esta militarización como cultura lleva a que en el país las personas empiecen a pensar que los conflictos se resuelven con armas”, señaló.
Sobre el uso de armas, el director de Redim, consideró que su uso y circulación también se debe a la estrategia fallida de seguridad, la cual también ha propiciado un auge del mercado negro.
“Tenemos millones de armas ilegales circulando en México y esto muestra que la estrategia de guerra que empezaron los gobiernos ha fracasado. Esto ha llevado a que concretamente en el estado de Guerrero, en los últimos siete años, los grupos criminales tomaron más control territorial para ampliar las cosechas de amapola y las comunidades indígenas han quedado solas en este contexto”, expuso.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reportó que en México entran al día 567 armas de fuego de manera ilegal y en la última década se han ingresado 2 millones. El 70 por ciento de los delitos cometidos con armas de fuego en México en el primer semestre de 2019 están vinculados con armas compradas en Estados Unidos, según declaró el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón en la conferencia matutina del 12 de septiembre del año pasado.
Bernardino Sánchez Luna, uno de los líderes comunitarios en Guerrero, aseguró que las armas que poseen las compran entre toda la comunidad y son de bajo calibre porque solo las usan para defenderse de los grupos delictivos. “Las armas que tenemos las compramos y nos cuesta un poco de trabajo conseguirlas, a veces tenemos que ir a las comunidades donde operan Los Ardillos, pero no tenemos otra opción. Si ve no tenemos armas de alto calibre, los que tienen un poco más de recursos se llegan a comprar un M1”.
“La comunidad coopera para las armas, son armas del pueblo y las utilizamos para dar seguridad y rondines en el pueblo”, agregó.
Sánchez Luna asegura que a los niños se les enseña que el arma “no es cualquier cosa, no es para ofender, amenazar o intimidar al prójimo, es para defender la vida de cada uno; se les enseña que no se puede apuntar el arma a las personas”.
Explicó que los menores de 6 a 12 años todavía no portan armas, solo los del grupo de 13 a 15 años. “Son niños que ya entienden y toman en cuenta lo que se les dice”.
El líder comunitario advirtió que tanto los adultos como niños y niñas de Chilapa de Álvarez se seguirán entrenando para enfrentar a los grupos criminales. “Nosotros no entrenamos a los niños por gusto, mis compañeros indígenas que corren el riesgo de ser masacrados, quien no sabe usar un arma no se va a defender. Los pueblos me están llamando para que vaya y asesore a otros niños y niñas”.