Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. Sicosis panista
En la sicosis yunista de hacer polvo y talco a Javier Duarte, Karime Macías y a los duartistas, el ex alcalde de Boca del Río, Anselmo Estandía, y el ex director de Gobernación, Felipe Sosa, fueron detenidos en peliculesca persecución.
Luego, enviados a la cárcel.
Y después, rapados.
Y desde luego, internados en el penal.
Y aun cuando al día siguiente alcanzaron la libertad, el mal ya estaba hecho a tono con el bienio azul, como es exhibir a los demás en el carril mediático, apretar el botón nuclear del calambre y mostrarlos como unos corruptos, pues todos los yunistas son ángeles de la pureza.
Así, y como el proverbio ranchero dice que “más pronto cae un hablador que un cojo”, la yunicidad cometió un error de primaria política cuando ordenara a su titular de la Comisión de Agua en Coatzacoalcos, Rafael Abreu Ponce, y aprovechando al huracán “Katia”, lanzar el “Yúnete”.
Y que les caen en la maroma, luego de que las huestes azules tomaron la fotografía del senador Pepe Yunes Zorrilla y Gonzalo Morgado Huesca desayunando con tres amigos reporteros en un restaurante de Xalapa.
El mundillo político sabe el siguiente capítulo:
El Yunes azul enfureció y luego de que las redes sociales se le fueron encima, y considerando que “la cuerda siempre se rompe por lo más delgado”, corrió a Rafael Abreu, lo obligó a firmar un documento echándose la paternidad del operativo, y le abrieron una denuncia penal en la Fiscalía y otra más en el OPLE.
Pero el estilo personal de ejercer el poder y gobernar del Yunes azul ha incidido en el estado de ánimo y en la filosofía política de los panista de la militancia y de los mandos bajos y medios con
un cargo público menor y están seguros y conscientes de que de cara al proyecto político familiar el góber está dispuesto a sacrificar a quienes sean necesarios, así hayan cumplido su trabajo con devoción y pasión.
Dos. Panistas sacrificados
Todos ellos saben, entonces, el riesgo a que están expuestos.
Y más, como en el caso de Abreu Ponce, porque cuando las redes sociales (de las preferidas del góber para su política de comunicación social) se le fueron en contra y sintió que “el agua le había llegado a los talones” y perdía credibilidad, entonces, sin ningún remordimiento incendió en la hoguera pública a su ex titular de la Comisión de Agua.
Todavía peor si se considera lo siguiente.
Luego del “Yunete”, Abreu Ponce ha suspendido por completo su legítima esperanza de quedarse con la candidatura a presidente municipal de Coatzacoalcos el año entrante.
Y ni modo que luego de quedar como un gran mapache electoral que, incluso, se “brinca las bardas” tal cual como fue exhibido por el mismito góber azul, pues bien pudo el presidente del CDE del PAN, Pepe Mancha, ocuparse del operativo, el ex funcionario municipal tenga ganas de levantar la mano.
Como mapache fue exhibido y como mapache seguirá en el alma colectiva del sur de Veracruz.
Y lo que es peor, en el estado.
Por eso, la militancia azul que sueña con una oportunidad y desempeña un cargo público (mayor, medio o menor), está consciente de que la elite panista en el poder está dispuesta a todo, con tal de posicionarse y perpetuarse en la silla embrujada del palacio de Xalapa.
En todo caso, digamos, que sólo se está reproduciendo el modelo de Javier Duarte, mejor dicho, de todos los políticos encumbrados, que se creen mesías, como cuando el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México llamó “enano político” al priista jarocho, Daniel Galindo, inculpándolo de la derrota de su Barbie favorita, Anilú Ingram Vallines, como candidata a diputada federal.
Los casos de Anselmo Estandía y Felipe Sosa, Daniel Galindo y Anilú y Rafael Abreu, con el mismo vaso comunicante.
Tres. Misma historia en la UPAV
Si alguna duda existiera del estilo de ejercer el poder, la misma historia se repitió en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, UPAV.
Hasta donde se sabe si se sabe bien, un día, en la secretaría de Educación, SEV, quisieron obligar a la ex rectora, Maribel Sánchez Lara, de validar con su firma el uso de quince millones de pesos captados con el pago de las cuotas de los estudiantes y aplicados, ajá, a un programa, pero que, de pronto, zas, habían desaparecido en el transcurso de este año.
Y la exrectora se negó.
Fue en aquellos días cuando algunos maestros de la UPAV privilegiados en el duartazgo se lanzaron a las calles en Córdoba, Xalapa y Veracruz, alegando su despido injustificado, cuando, incluso, la Fiscalía tenía denuncias penales en contra de todos ellos… y que nunca ha aplicado.
Entonces, en la SEV inculparon a Sánchez Lara del alboroto, bajo el pretexto de que el góber azul se encabritaba con las marchas de protesta, pues afectan el proyecto político familiar del 2018 para el primogénito.
Es más, hasta le dijeron que la SEV está única y exclusivamente para amarrar tal proyecto a como dé lugar.
Y como la ex rectora argumentara con hechos y resultados que sólo cumplía con el encargo oficial de acreditar a la UPAV, la corrieron de un día para otro.
Igual que como en el caso de Rafael Abreu Ponce de la Comisión de Agua de Coatzacoalcos.