Redacción EL PIÑERO
Oaxaca, México.- Contundente y en 24 “tuitazos”, Enrique Alfaro, gobernador electo del estado de Jalisco, definió la relación política y social que establecerá con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: sin intermediarios, directa y apegada a la constitución.
Para Alfaro, la relación que sostendrá con el Gobierno de la República “será directa con el presidente y con sus secretarios de estado, no habrá en Jalisco autoridades intermedias simplemente porque eso vulnera principios constitucionales básicos y lastima el espíritu del pacto federal”.
En los 24 tuits, el gobernador electo del estado de Jalisco hizo hincapié en esa estrecha relación que deberá existir con el presidente de la república, en virtud a la creación de delegaciones federales cuya figura –se deduce—tendrá un poder administrativo y económico sobre los estados.
Y es que con la creación de delegaciones federales, una por estado, 32 personas tendrán a su cargo la función de manejar más de 155 mil 398 millones de pesos, lo cual los convertiría en superdelegados. La idea de que sea un solo delegado por entidad, en vez de decenas, es para erradicar los actos de corrupción, según ha declarado el propio López Obrador.
Sin embargo, este argumento no convence a parte de la sociedad civil. Y mucho menos a los gobiernos estatales, tal como a Enrique Alfaro, quien ya asestó el primer manotazo.
SUPERDELEGADOS, POR EL PODER POLÍTICO “Si el objetivo principal fuera disminuir los actos de corrupción en las dependencias federales a secas, hay muchas otras medidas qué tomar antes que concentrar los delegados de los estados en una sola persona.
Sin lugar a dudas la intención es fundamentalmente política, la concentración del poder político en el menos número de personas posibles”, dijo Ricardo Alvarado, investigador de Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad. (