Yolanda Portugal | Redacción El Piñero
Loma Bonita, Oaxaca.- Poco queda del sindicato “Lázaro Cárdenas” que fue clave en el desarrollo de Loma Bonita, durante la segunda mitad del siglo XX, en el cual decenas de hombres y mujeres eran parte y trabajaban para potencializar una de las empacadoras del municipio piñera.
El Sindicato Lázaro Cárdenas llegó a ser más importante incluso que el palacio municipal, toda vez que asociaciones civiles, religiosas y políticos buscaban su respaldo, por el gran poder humano con el que contaba.
Al lugar acudieron los candidatos a la gubernatura del estado, fue sede de los primeros eventos culturales de Loma Bonita, y veló por mucho tiempo por el trabajo de sus agremiados, sin embargo, hoy parece estar agonizando.
Actualmente, ya no hay reuniones sindicales, donde sus asientos rojos no alcanzaban; hoy sus paredes e infraestructura es una prueba material de la decadencia del municipio y su principal motor económico hace 30 años, como la agroindustria de la piña.
Las generaciones de ahora poco saben que ahí era sede de un sindicato, cuyo salón principal también fungía de salón de fiestas y donde se firmaban contratos colectivos con grandes empresas.
Entre sus funciones era velar porque se cumpliera el pie de la letra el contrato, buscar beneficios como lo eran equipos deportivos en las empacadoras y becas en otros estados para los hijos de los obreros, entre otros beneficios sociales.
Asimismo, en ese lugar se asignaban a los empleados que las distintas fabricas solicitaban día con día, y hacer vivir el desfile del 1 de mayo, día del trabajo.
Su papel fue tan importante que construyeron escuelas, como lo es la que lleva su mismo nombre “Lázaro Cárdenas” y a portar para otros edificios de la ciudad.
Sus instalaciones, según consta en una placa que se exhibe en su entrada, fueron inauguradas el 27 de octubre de 1968, donde también se puede leer que esa obra constituye el ejemplo de los obreros y obreras en su constante lucha de superación.
El edificio pocas veces se ve abierto, se puede apreciar abandonado y siendo una sombra de lo que representó en aquellos ayeres que vieron a Loma Bonita convertirse en la capital mundial de la piña.