Ella: una buena madre, trabajadora, abnegada, discreta, callada, paciente, servicial, sacrificada y además, nunca se quejaba. Prácticamente una santa, una mártir viviente, una víctima de la humanidad. En otras palabras, no era un ser humano verdadero.
Muchas veces, detrás de estas características, aparentemente de una mujer fuerte, segura, insensible, resistente, se esconde una de las que llamo enfermedades del siglo, la depresión. Y es que, en el caso de la mujer, existe una mayor predisposición en comparación con los hombres a esta enfermedad por cuatro factores: la pubertad, el embarazo, el posparto y la menopausia.
En México alrededor de 10 millones de personas padecen depresión, de las cuáles, al menos una quinta parte desarrolla etapas crónicas de la enfermedad mental, por no ser diagnosticadas a tiempo, causando severos conflictos como autodestrucción, adicciones o el suicidio. Es decir, las personas ignoran que la padecen, ya que la mayor cantidad del tiempo pasan ignorándola o encubriéndola con alguna de las siguientes formas:
- Evasión: Cree firmemente y asegura que no padece enfermedad alguna. Se muestra como una persona tranquila, segura e independiente; usualmente cuando algo sale fuera de lo que ella pueda controlar, se torna intolerante, agresiva, necia, con una baja tolerancia a la frustración y niega la existencia de problemas personales, así como la facilidad para tener todo en orden, aunque el entorno perciba lo contrario.
- Sumisión: Aquella persona que reconoce su enfermedad, sus conversaciones son en torno a la misma; usualmente justifica sus malas decisiones, irresponsabilidades, acciones y actitudes negativas, por la presencia de dicho padecimiento en su vida. Rara vez busca ayuda. Es una persona incapaz de valerse por si misma, es dependiente de los comentarios y acciones de los demás, es totalmente influenciable y tiene una gran facilidad para ocupar el lugar de victima en diversos momentos.
- Agresión: Se caracteriza por ser una persona que siempre quiere tener la razón, dominante a más no poder, de hecho, vive del poder. Suelen ser personas con un buen puesto, una economía estable y que en ocasiones tienden a ser “bonachonas”. No permiten los errores ni las injusticias, así que, su nivel de tolerancia es mínimo. Rara vez lloran, muestran primero su enojo, molestia y frustración antes que algún acto que deje ver su “debilidad”. Por tal motivo, es una persona que, de igual manera, niega su depresión.
Algunos síntomas comunes de la depresión en la mujer son:
♣ Pérdida de interés en pasatiempos y placeres de la vida.
♣ Sentirse más miserable en el trabajo o en el hogar.
♣ Pérdida de interés en el sexo.
♣ Cambios en el apetito que conduce a la pérdida de exceso de peso.
♣ Alteración del patrón de sueño insomnio o dormir demasiado.
♣ La pérdida de concentración y dificultad para tomar decisiones.
♣ Fatiga y falta de energía para llevar a cabo tareas sencillas en el hogar.
♣ Inquietud y malestar incluso en reposo.
Si detectas alguno de los síntomas anteriores, y crees que lo estas encubriendo con alguna de las 3 formas ya descritas, es importante busques ayuda con un profesional, la Organización Mundial de la Salud, reporto que la depresión es la primera causa de discapacidad laboral en México.
Recuerda que la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico, no son signos de debilidad; son signos de haber tratado de permanecer fuerte, por mucho tiempo. No estás sola, acude con un especialista.
con información de mx.emedemujer.com