El magnate Carlos Slim Helú, dueño del Grupo Carso y según la revista Forbes uno de los hombres más ricos del Mundo y de México, se ha convertido en décadas en un ícono del capitalismo político del PRI,PAN y la 4T.
A través del libro Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza, Por qué fracasan los países, de los nobeles de economía Daron Acemoglu y James A.
Robinson, ambos autores describen cronológicamente porque empresarios de este nivel han perpetuado su estatus en más de cinco sexenios en México, desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari en 1988 hasta el segundo piso de la 4T, con la oficialista Claudia Sheinbaum Pardo.
La teoría de los países cálidos es uno de los apartados de este texto donde hace una clara analogía de cómo los grandes poderes económicos acompañados de una buena relación política son la fórmula perfecta para el progreso como el que ahora goza el empresario mexicano, un hombre que en los últimos seis sexenios ha tenido derecho de picaporte con el poder.
En la página 30 de este libro, los autores explican que, en México, Carlos Slim no ganó dinero mediante la innovación.
Argumentan que al principio destacó en negocios bursátiles y en comprar y modernizar empresas que no eran rentables.
Su golpe maestro fue la adquisición de Telmex, el monopolio de telecomunicaciones mexicano que fue privatizado por el presidente Carlos Salinas en 1990.
Resulta que en esa época el gobierno anunció su intención de vender el 51 por ciento de las acciones con derecho a voto (el 20,4 por ciento de las acciones totales) en la empresa en septiembre de 1989 y recibió ofertas en noviembre de 1990.
A pesar de que Slim no hizo la oferta más elevada, un consorcio liderado por su Grupo Carso ganó la subasta.
Y en lugar de pagar las acciones inmediatamente, Slim consiguió retrasar el pago, y utilizó los dividendos del mismo Telmex para pagar las acciones.
Lo que una vez fue un monopolio público se había convertido en el monopolio de Slim, y era enormemente rentable.
Dicha publicación de 347 páginas advierte puntualmente que las instituciones económicas que hicieron que Carlos Slim fuera quien es, son muy distintas de las de Estados Unidos.
Los dos premios nobel de Economía adelantaron para un emprendedor mexicano, los obstáculos de entrada serán cruciales en todas las etapas de su carrera profesional.
Estos obstáculos incluyen licencias caras que obtener, burocracia con la que lidiar, políticos y titulares de otros cargos que obstaculizan el camino y la dificultad de conseguir financiación en un sector financiero a menudo confabulado con los titulares de los cargos con los que el emprendedor está tratando de competir.
Y añade que estos obstáculos pueden ser insuperables, y mantener al emprendedor fuera de las áreas lucrativas, o ser su mejor amigo, y mantener a distancia a la competencia.
Evidentemente, la diferencia entre ambos casos radica en a quién conoce uno y en quién puede influir, y, sí, también a quién puede sobornar.
SLIM Y SUS ORÍGENES MODESTOS
En este libro se mostrará que, aunque las instituciones económicas sean críticas para establecer si un país es pobre o próspero, son la política y las instituciones políticas las que determinan las instituciones económicas que tiene un país.
Describe atinadamente que Carlos Slim es un hombre ambicioso y con talento, de origen relativamente humilde, procedente de una familia de inmigrantes libaneses, que ha sido un maestro a la hora de obtener contratos exclusivos.
Infiere dicha publicación que el magnate y filántropo consiguió monopolizar el lucrativo mercado de las telecomunicaciones de México y, posteriormente, amplió su alcance al resto de América Latina.
El texto “ Por qué fracasan los países” señala en sus primeros capítulos que el monopolio Telmex de Slim ha topado con dificultades, pero las ha superado.
En 1996, Avantel, un proveedor de telefonía a larga distancia, solicitó ante la Comisión Federal de la Competencia mexicana que comprobara si Telmex tenía una posición dominante en el mercado de las telecomunicaciones.
Y explica que hacia el año 1997, la Comisión declaró que Telmex tenía un poder de monopolio sustancial respecto a la telefonía local, las llamadas nacionales a larga distancia y las internacionales a larga distancia, entre otras cosas.
Sin embargo, los intentos por parte de las autoridades reguladoras de México de limitar estos monopolios fueron en vano.
En sus páginas ambos autores describen que una de las razones del apabullante éxito de Slim con la mancuerna Telmex fue que supo utilizar el recurso del amparo.
Y aclara que en el derecho un amparo de hecho es una petición para que una ley concreta no sea aplicable en el propio caso.
La idea del amparo se remonta a la Constitución mexicana de 1857 y, originalmente, su intención era salvaguardar los derechos y las libertades individuales.
No obstante, en manos de Telmex y otros monopolios mexicanos, se ha convertido en una herramienta formidable para consolidar el poder de monopolio.
En lugar de proteger los derechos de las personas, el amparo proporciona una laguna legal que impide la igualdad ante la ley.
UN MAGO PARA LAS CONEXIONES POLÍTICAS
Slim ha ganado este dinero en la economía mexicana en gran parte gracias a sus conexiones políticas.
En los momentos en los que se ha aventurado a ir a Estados Unidos, no ha tenido éxito.
Un pasaje importante en los anales de la historia del magnate y filántropo ocurrió en el año 1999, su Grupo Carso adquirió la empresa de distribución de productos informáticos CompUSA.
Resulta que, en aquel momento, CompUSA había acordado una franquicia con una empresa llamada COC Services para vender sus productos en México.
Slim inmediatamente rompió ese contrato con la intención de establecer su propia cadena de tiendas, evitando la competencia de COC.
Sin embargo, COC demandó a CompUSA en un tribunal de Dallas.
No hay amparos en Dallas, así que Slim perdió, y le impusieron una multa de 454 millones de dólares.
Fue así como el abogado de COC, Mark Werner, apuntó después que «el mensaje de este veredicto es que, en esta economía global, las empresas deben respetar las reglas de Estados Unidos si quieren venir aquí».
Como resultado de esa maniobra Carlos Slim estuvo sometido a las instituciones de Estados Unidos, sus tácticas habituales para ganar dinero no funcionaron.
HACIA UNA TEORÍA DE LA DESIGUALDAD MUNDIAL
Vivimos en un mundo que no es igualitario. Las diferencias que existen entre los países son similares a las que hay entre las dos partes de Nogales, pero a mayor escala.
En los países ricos, las personas están más sanas, viven más tiempo y tienen unos niveles de educación más altos.
Asimismo, pueden acceder a una serie de comodidades y opciones en la vida, desde vacaciones hasta carreras profesionales, con las que las personas de los países pobres solamente pueden soñar.
Además, los habitantes de los países ricos conducen por carreteras sin baches y disfrutan de lavabos, electricidad y agua corriente en sus hogares.
Normalmente, sus gobiernos no los detienen ni los hostigan arbitrariamente; al contrario, les proporcionan servicios que incluyen educación, atención sanitaria, carreteras y ley y orden.
También hay que señalar que los ciudadanos votan en las elecciones y tienen cierta voz en la dirección política que toman sus países.
El antecedente de este importante texto infiere que las grandes diferencias en la desigualdad mundial son evidentes para todos, incluso para los habitantes de países pobres, aunque muchos carezcan de acceso a la televisión o a Internet.
Lo anterior es a grande rasgos la aguda percepción y la realidad de estas diferencias lo que empuja a la gente a cruzar el río Grande o el mar Mediterráneo ilegalmente para tener la ocasión de experimentar las oportunidades y el nivel de vida de los países ricos.
Esta desigualdad no tiene consecuencias solamente para la vida de las personas de los países pobres, sino que también provoca agravio y resentimiento, con consecuencias políticas enormes en Estados Unidos y en otros lugares.
Comprender por qué existen estas diferencias y qué las provoca es nuestro objetivo central al escribir este libro.
Lograr comprenderlo no es un fin en sí mismo, sino un primer paso para generar ideas sobre cómo mejorar la vida de miles de millones de personas que todavía viven en la pobreza.
Fuente: Carlos Ramírez e Indicador Político.