Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.-
PASAMANOS: Hace tres años, la señora Lucía de los Ángeles Díaz Genao, perdió a su hijo. Lo desaparecieron. Y desde entonces, ni una pista.
Ella enfrentó a Luis Ángel Bravo Contreras como Fiscal de Javier Duarte, elegido, ajá, por nueve años y al que poco durara el gusto.
Ahora, sigue luchando, igual que cientos de padres de familia, para encontrar a los suyos.
Ella es vocera de la ONG Solecito, la misma que iniciara la exploración de un terreno de 14 hectáreas aledaño al fraccionamiento “Colinas de Santa Fe”, en el puerto jarocho.
Ella, con su grupo, ha solicitado al gobernador la renuncia del Fiscal, Jorge Wínckler, a quien en el periódico Notiver (columna Sale vale) han reducido al sobrenombre de “Tuinkler”, porque sigue la filosofía de vida de Flavino Ríos Alvarado, el góber interino, quien igual que Donald Trump descubrió que en el mundo del Internet puede gobernarse a base de tuitazos.
La vocera del Solecito retrata el estilo personal de ejercer el poder del Fiscal de la siguiente manera:
“Soberbio, distante, reyezuelo, insensible, lleno de desplantes con las madres de los secuestrados, huidizo ante los problemas y a quien el tiempo de gracia se le acabó”.
Desde luego ninguna existe que el clamor del Solecito será desoído. Es tanto como arar en el desierto. Incluso, “pedir agua al gallo de la pasión”.
Por un solo argumento inapelable: “Tuinkler” (compren pizzas en mi pizzería “Amore”) ha convertido la Fiscalía en una Fiscalía del odio y el resentimiento, pero más aún de la venganza.
A tono, claro, con la Yunicidad, cuya única misión en la tierra es encarcelar a Javier Duarte y a uno que otro duartista que se resista a doblegarse y arrodillarse.
Pero también, refundir en la cárcel a Fidel Herrera Beltrán…, hasta que se pudra.
Y al momento, con todo y lo que se diga, “Tuinkler” ha sido eficaz y eficiente.
BALAUSTRADAS: Y con todo y lo que se diga, porque tiene en el penal de Pacho Viejo al segundo de Javier Duarte, que nunca fue el secretario General de Gobierno en turno (Gerardo Buganza Salmerón, Érick Lagos Hernández y Flavino Ríos Alvarado), sino, simple y llanamente, Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública.
Incluso, el fugitivo de la justicia desde hace 147 días “tiró su espada en prenda” por Bermúdez cuando en un momento estelar advirtió al mundo que si Bermúdez se iba, también él.
Socios, cómplices, aliados, amigos, Duarte cambió la ley para otorgar súper poderes a Bermúdez, quien en Texas se compró, además de las cinco residencias, una iglesia.
Y en nombre de la amistad y la complicidad, Bermúdez transgredió las garantías constitucionales y atropelló de manera feroz y atroz los derechos humanos, llegando incluso a casos de desaparición forzada, en que los mandos medios y bajos, delegados y policías, secuestraban y entregaban las víctimas a los malandros.
Nunca Duarte le llamó la atención. Jamás el titular de la SEGOB local tuvo facultades para enmendar la plana. Los tres (Buganza, Lagos y Flavino) callaron.
Ahora, “Tuinkler” tiene al segundo de Duarte en la cárcel.
Y aun cuando entre los trascendidos se asegura que se concitó un pacto sucio y asqueroso entre el góber azul y Bermúdez para alcanzar su libertad, de acuerdo con la ley cada parte se está defendiendo, y hasta donde se sabe si se sabe bien, la Yunicidad seguirá para adelante hasta su condena penitenciaria.
Cierto, la población electoral espera que varios duartistas más sean llevado al proceso penal.
En la percepción ciudadana quedó, por ejemplo, que a “Tuinkler” se le fue Leonel Bustos, ex director del Seguro Popular, quien sólo estuvo once días en Pacho Viejo.
Y aun cuando se dice que pronto será reencarcelado, las cosas están por verse, pues un juez federal lo amparó.
Y si a lo anterior se agregan las reglas del nuevo sistema penal, entonces, las cosas se empantanan.
ESCALERAS: También está por verse la cárcel para otros funcionarios de Duarte, en lo que la Fiscalía de la venganza está empeñada.
Antonio Tarek Abdalá, por ejemplo, el diputado federal a quien Karime Macías llamaba “mi hermano”, sostiene lucha feroz para “salvar el pellejo”.
Y aun cuando se afirma que igual que Ramón Ferrari Pardiño y María Georgina Domínguez, uno de sus personeros toca puertas con el secretario de Educación, Enrique Pérez Rodríguez, otra versión expresa que Tarek ya aplicó el llamado “vómito negro” ante el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y la habría librado.
El caso es que la Fiscalía está atrás de él.
Según versiones, “Tuinkler” ya logró que Mauricio Audirac Murillo, el quinto secretario de Finanzas y Planeación del duartazgo, ande huyendo.
Y si en el imaginario social quedó el apapacho del góber azul al diputado federal, Adolfo Mota, en un evento público, nadie duda de un tráfico de influencias del senador Emilio Gamboa Patrón para salvar a su pupilo.
Pero… por ahora.
Y por ahora, porque las denuncias penales se siguen por oficio, como en el caso de las secretarías de Educación (donde Mota fue titular) y Salud y Seguridad Pública, en que fue cometido el mayor número de trastupijes.
El Fiscal, pues, está cumpliendo con la obsesión yunista.
Y por eso mismo, podrán los solecitos y los colectivos y las ONG lapidar más y más a “Tuinkler”.
Pero, todo indica, parece inamovible.
Lo más que pudieran lograr sería, pensando con optimismo, es que en nombre de la elección de alcaldes, síndicos y regidores el 4 de junio, el góber azul ordene al Fiscal sea respetuoso y cumpla con su obligación, pues lo cortés, dice el proverbio ranchero, nunca, jamás, quita lo valiente.
Claro, la egolatría y la soberbia y el mesianismo son males congénitos, peores que el Sida, el Alzheimer y el cáncer, entre otras enfermedades que no tienen cura y en donde la ciencia médica ha fracasado.
