CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Para México, la recesión económica derivada de la crisis provocada por el coronavirus es una certeza: la caída será de entre -2.3% y -4.0%, dice a Proceso la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.
Esto tendrá “un efecto muy fuerte” en el desempleo y en la pobreza, que aumentarán en forma importante, asegura.
“México –plantea Bárcena– tiene un desempleo formal relativamente bajo (3.7%), pero hay que ver cómo opera esto (la crisis por la pandemia) en la economía informal. Eso es lo que estamos evaluando ahora”.
La Cepal estima que a escala regional, por cada dos puntos de caída del PIB, el desempleo formal aumentará en un punto porcentual y la pobreza en cerca de seis puntos.
Si este cálculo se aplica a México, la tasa de desempleo formal al término de la pandemia se ubicaría en 4.9%, porcentaje similar al de 2015, y la pobreza rondaría 48%, una cifra que no se veía desde hace dos décadas.
Según estudios de la Cepal, en 2018 –año en que el organismo regional hizo la medición más reciente– 41.5% de los mexicanos vivía en la pobreza y 10.6% en la indigencia. En 2000 esos indicadores fueron de 48.8% y 13.8%, respectivamente.
El coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, Rogelio Gómez Hermosillo, considera que 75% de los trabajadores formales e informales del país –unos 40 millones– se verán afectados por el coletazo económico del coronavirus.
La emergencia sanitaria para enfrentar la pandemia entró en su fase 2 el miércoles 25, lo que implica el cierre por tiempo indefinido de miles de empresas en todo el país y perfila un panorama sombrío para los trabajadores de esos negocios, porque muchos de estos se irán a la quiebra.
La situación para el sector laboral será peor cuando se declare la fase 3, que está prevista para mediados de abril, lo que significará la paralización de más centros de trabajo y la intensificación del aislamiento social.
De acuerdo con datos del Instituto de Estadística y Geografía, la población económicamente activa llegó en enero pasado a 57 millones 625 mil 521 personas, la mayor parte de las cuales está en el sector informal.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, realizada por esa institución, hay 52.8 millones de mexicanos desocupados, subocupados y desempleados. Se trata de un segmento poblacional que vive al día y que se verá directamente afectado por la parálisis de la economía y el cierre de micros, pequeñas, medianas y grandes empresas.