Yerania Rolón
blog.expediente.mx para El Piñero de la Cuenca
Veracruz,.-El pasado 5 de agosto del 2011 algunos documentos de Emmanuel Torres Ávalos se quedaron sobre la mesa. Eran los requisitos para su inscripción en la Universidad.
Ese viernes el joven fue “levantado” y llevado en dos vehículos cuando se encontraba en el patio de su casa, situada en el fraccionamiento Río Medio en la zona norte del Puerto de Veracruz.
Así lo cuenta su madre, María del Rocío Ávalos Ortiz que se conmueve al ver a estudiantes a su alrededor durante la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2017.
Los estudiantes le hacen recordar que de no haber sido secuestrado, su hijo Emmanuel probablemente estaría por titularse o ya con una carrera. Al joven de 22 años le robaron su futuro, lamenta María del Rocío.
Emmanuel dejó la escuela por un tiempo y consiguió un empleo para ayudar económicamente a su madre, pero de repente le entró la preocupación de no tener una licenciatura y fue entonces que quiso retomar el camino de las aulas.
Su madre lo describe como alguien inteligente a quien le interesaba salir adelante. Incluso recuerda que Emmanuel le dijo que sin estudios no iba a lograr nada en la vida.
“Él quería estudiar Tramitación Aduanal. Estuvo trabajando un tiempo pero sabía que si no seguía estudiando no iba a llegar lejos, por eso renunció y comenzó a juntar sus papeles, pero entonces pasó que lo secuestraron y todo quedó sobre la mesa, al otro día tenía que haberlos llevado”.
A María lo único que los vecinos pudieron decirle cuando llegó de trabajar fue que de un automóvil de color negro y una camioneta del mismo color habían descendido para obligar a Emmanuel a subirse.
De inmediato acudió con su familia a levantar una denuncia, sin embargo desde entonces las investigaciones no han tenido ningún avance. Prácticamente han pasado casi seis años sin que las autoridades encargadas de procurar justicia hagan algo por encontrarlo.
“Al principio me trajeron dando vueltas para declarar pero no pasó nada; incluso mi caso estuvo archivado dos años, fue hasta que entré al Colectivo Solecito cuando hubo un poco de interés por reabrirlo”.
Lamenta que las madres de colectivos de desaparecidos sufren la ausencia de sus seres queridos y el dolor de las críticas que reciben cuando algunas personas tachan de delincuentes a quienes están ausentes.
Es por esto que ocupa los espacios que puede para defender el nombre de Emmanuel, por quien mete las manos al fuego.
“Nos duelen los ataques de las personas que señalan que si mataron a nuestros hijos o los levantaron es porque era malo o era delincuente. Pero les digo que no es cierto, no todos son delincuentes, no todos son malos”.
Asimismo relata que los vecinos que conocían a Emmanuel desde que era un niño, se reunieron para orar y que con la ayuda de Dios regresara a casa. Para ella eso demuestra que era un joven de bien.
“Donde vivimos todos lo conocen e hicieron rosarios para pedir a Dios por mi hijo. Si él hubiera sido delincuente nadie se hubiera reunido para orar. Todos mis vecinos saben que es un chico bueno”.
Por ahora, María del Rosario continuará su búsqueda junto con el Colectivo Solecito y afirma que están en la espera de los resultados de las pruebas de ADN de los cuerpos encontrados en la fosa de Colinas de Santa Fe. Aunque guarda la esperanza de que Emmanuel esté con vida y no en esa fosa.
“En este camino vas muriendo poco a poco. Hay mucha angustia, por ejemplo cuando te despiertas por las noches por no saber si está bien, si ya comió. Nuestro dolor no lo quita nadie”.
Ávalos Ortiz asegura que cuando los colectivos de madres de desaparecidos acuden a la Fiscalía General del Estado (FGE), siguen esperando por un cambio en el trabajo del titular, Jorge Wínckler Ortiz.
Lamenta que por falta de recursos e incompetencia de los funcionarios del organismo aún no existan resultados, por eso continuarán presionando hasta que las autoridades realicen la labor que tienen encomendada para dar con su hijo y con quien sea que esté desaparecido en Veracruz.