Si crees que por no fumar estás sin riesgo de padecer cáncer, te equivocas.
Datos del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México revelan que ciertos alimentos contienen aflatoxinas, sustancias cancerígenas.
¿Qué son las aflatoxinas?
Son compuestos, generalmente orgánicos, que participan en las reacciones químicas que tienen lugar a nivel celular.
Provienen del hongo Aspergillus flavus que se encuentran en alimentos como maíz, arroz, cacahuates, pollo, huevo, leche, embutidos, pistaches, chiles y cerveza.
Se acumulan en el ácido desoxirribonucleico (ADN) y pueden generar cáncer y mutaciones.
Información del Seminario Permanente sobre Agricultura, Alimentación y Nutrición (SPAAN) revela que este tipo de alimentos pueden incrementar un 36% el riesgo de padecer cáncer.
Las tortillas y sus derivados (totopos, sopes, tamales, quesadillas y otros platillos típicos mexicanos están contaminados.
Las aflatoxinas generadas por el moho se reproducen con mayor facilidad en granos y se relacionan con cáncer de hígado, páncreas, pulmón, colorrectal y cervicouterino.
El cuerpo las puede eliminar por medio de la orina pero si se consumen de manera constante, el riesgo aumenta.
Para contrarrestar el daño lo mejor es consumir probióticos, moras, pimiento verde, espinacas, brócoli, jitomate, cereza y zanahoria.
Con información de salud180.com