Jaime GUERRERO |EL PIÑERO
Oaxaca, México.- También con dolor se danza y así lo hizo la delegación de Tuxtepec con el luto en el corazón y el recuerdo cariñoso hacia Paula Solís, creadora de la coreografía de Flor de Piña, así como a Kary León, fallecida días antes de su participación en la Guelaguetza.
“También con dolor se danza cuando llorar no se puede. La alegría no retrocede cuando la memoria alcanza. Estos huaraches avanzan por nuestra hermana Karina y el recuerdo de Paulina la tristeza nos aplaza. Hoy te entregamos Oaxaca nuestra ofrenda Flor de Piña”, recitó una de las bailarinas desde la antigua rotonda de las azucenas durante la edición matutina del primer Lunes del Cerro.
Su voz fue firme, serena y fortalecida pese al luto que envolvió a cada una de las integrantes de la delegación, pues al bailar rindieron homenaje y memoria.
Kary había soñado con pisar el auditorio y bailar envuelta en los pájaros y flores bordados en su huipil, llevando en enredo sus trenzas multicolores, al vaivén de los pies descalzos, aquellos que eran ágiles y disciplinados a las notas musicales.
Aunque no de manera física, estuvo presente. Una fotografía llevada al frente mostraba su sonrisa amplia, bella tuxtepecana que ahora baila entre nubes.
Kary León de 39 años de edad falleció la mañana del 14 de julio víctima de un siniestro vial cuando viajaba en su motocicleta.
Una noche antes del accidente, Kary posteó en su cuenta en Facebook, el que fuera su último ensayo, así como una fotografía en la misa de acción de gracias de la delegación de Tuxtepec previo a su participación en el tradicional desfile de delegaciones.
El luto fue doble pues atravesaban por el fallecimiento de la maestra Paula Solís Ocampo quien entre 1965 y 1958 creó la coreografía Flor de Piña. “Que en paz descanse la maestra Paula, creadora del majestuoso bailable de Flor de Piña. Un honor rendirle homenaje bailando este año Flor de Piña”, escribió Kary unos días antes de partir.
Aquella mañana de viernes, al abordar el autobús para viajar a la capital del estado, las integrantes de la delegación se quebraron en llanto y dedicaron un minuto de aplausos a quien como ellas en cada ensayo entregó el corazón en bailes bajo la lluvia, acompañadas por el sonido de los grillos y bajo el cielo de zafiro.