Probablemente, cuando sufres un dolor de cabeza, de espalda, fiebre o dolor de estómago, lo primero que haces es buscar en tu botiquín o en la farmacia más cercana un medicamento que te ayude a controlar las molestias.
Automedicarse es una práctica muy común y que hasta cierto punto parece inofensiva, sin embargo, hay circunstancias en que definitivamente no deberías hacerlo.
¿Qué significa automedicarse?
La automedicación es la utilización de medicamentos por iniciativa propia, sin consultar a un médico, especialmente de aquellos que se venden sin una receta médica.
No obstante, el hecho de que se vendan de manera libre no significa que sean aptos para cualquier persona y que no tengan efectos negativos en la salud.
El Doctor Rafael Terán, especialista en medicina interna del Hospital Universitario Quirón, explica que el principal riesgo de la automedicación son los efectos adversos secundarios a la toma de un medicamento innecesario.
Por qué no debes automedicarte
El experto advierte que una de las consecuencias más peligrosas de automedicarte es crear una resistencia a los medicamentos.
“Un exceso de medicación en un momento no oportuno provoca que cuando realmente la necesitamos ya no haga el efecto deseado por tolerancia o resistencia, como puede ser en el caso de los antibióticos” alerta el experto.
Terán indica que la automedicación con antibióticos es una de las más frecuentes, a pesar de que la mayor parte de los cuadros infecciosos son producidos por virus y no por bacterias, por lo que tomar estos medicamentos no produce ningún beneficio.
El mayor peligro, es crear resistencias a esos antibióticos y se empeora con el hecho de que esas resistencias pueden transmitirse de una persona a otra.
>> Los riesgos de no utilizar correctamente los antibióticos
El especialista señala que otro de los fármacos que se toman sin ninguna precaución son los ansiolíticos, a lo que advierte que “no debemos olvidar que son fármacos con efectos secundarios potencialmente graves y que requieren una indicación médica muy clara”.
En general, según el experto, algunos de los riesgos de automedicarse son los siguientes:
Toxicidad- Presencia de efectos secundarios, reacciones adversas y en el peor de los casos, intoxicaciones.
Falta de efectividad- Utilizar medicamentos en situaciones no indicadas provoca que éstos pierdan sus efectos.
Dependencia o adicción
Enmascaramiento de procesos clínicos graves- Esto puede contribuir en un retraso en el diagnóstico y tratamiento de alguna enfermedad.
Interacción con otros medicamentos- Si una persona está tomando otros fármacos, puede haber una potenciación o disminución del efecto.
Resistencia a los antibióticos- Tomar con frecuencia antibióticos hace que los microorganismos desarrollen mecanismos de defensa cada vez más resistentes a los medicamentos.
Casos en los que sí puedes automedicarte
Terán explica que aunque no se debe hacer por mucho tiempo, sí podemos automedciarnos en aquellos casos en los que ya se conoce perfectamente la sintomatología del padecimiento que se tenga.
“Por ejemplo, cuando aparece un dolor de cualquier tipo ya conocido por el paciente, se puede tomar medicación (analgésicos) ya prescritos previamente por el médico en una situación anterior similar”, asegura el Dr. Terán.
Sin embargo, cuando hay síntomas desconocidos o que no se habían presentado antes, lo mejor es acudir de inmediato con el médico y seguir al pie de la letra el tratamiento indicado.
(Con información de Infosalus)