“La imagen internacional de España puede quedar seriamente dañada”, aseguran fuentes de La Liga a Vozpópuli. La patronal defiende que el partido se juegue el 26-0 en Madrid; el equipo merengue apuesta por aplazar el partido. La RFEF tendrá la última palabra
La Liga de Fútbol Profesional ha solicitado a la Real Federación Española de Fútbol que el clásico Barcelona-Real Madrid que se tiene que jugar en el Camp Nou el 26 de octubre se juegue en Madrid porque “no se puede garantizar la seguridad” debido a los incidentes que están ocurriendo en Cataluña tras la sentencia del ‘procés’.
“La imagen internacional de España puede quedar seriamente dañada”, aseguran fuentes de la entidad presidida por Javier Tebas a Vozpópuli.
Ahora la pelota queda en manos del órgano que encabeza Luis Rubiales, enfrentado en el último tiempo al propio Tebas y también al empresario cercano al Barça Jaume Roures, ya que la decisión de cambiar o no la sede del partido es competencia final de la Real Federación Española de Fútbol. A preguntas sobre plazos, desde La Liga inciden en que han trasladado una carta “por la vía de urgencia” al Comité de Competición de la RFEF que, a partir de las alegaciones que puedan presentar los clubes, tomará una decisión antes del partido.
El Madrid preferiría aplazarlo
Así las cosas, fuentes de LaLiga han insistido en que la solicitud de invertir el orden de campo por la falta de seguridad obedece a una razón de “causa mayor“. Paralelamente, han evitado precisar si de esta petición se avisó previamente a los clubes involucrados.
Según han avanzado el programa Jugones de La Sexta, con recorrido en exclusivas sobre el Real Madrid, y el Diario Marca, el club merengue rechaza jugarlo en el Santiago Bernabéu pero, de existir un problema de seguridad, ve con buenos ojos aplazarlo.
Este periódico se ha puesto en contacto con el Fútbol Club Barcelona para recabar su versión respecto al Clásico pero, de momento, no ha recibido respuesta.
“La prisión no es la solución“, afirmó el club en su momento en un comunicado de prensa de respuesta a la sentencia del Supremo contra los involucrados en el procés.