Escenarios
- César del Ángel y exgobernadores
Luis Velázquez
Veracruz.- 1
La Yunicidad vive una tempestad huracanada. Por todos lados. ¡Vaya destino luego de estar buscando la gubernatura desde 1992 cuando el Chirinismo! Lo bueno es que el góber azul es un peleador callejero. Fajador de cantina le llama un panista. Genes son genes y vísceras vísceras, dice.
Con todo, el mundo… en contra.
Dos meses y tres días después de ascender al trono imperial y faraónico, se ignora el lado político y social y económico más grave.
Por ejemplo, si los focos rojos serán peores con los tres marinos levantados antier en el puerto jarocho o los dos menores de edad violados en una comunidad de Papantla cuando unos sicarios robaron la casa.
O si la mujer de 21 años, Flor Elizabeth, asesinada en Poza Rica o el par de ejecutados en el interior de una camioneta en Tuxpan.
O el civil acribillado por unos gatilleros en Cuitláhuac o los 50 desaparecidos en el mes de diciembre del año anterior.
O el caso de las empresas fantasmas o el revire de la secretaría de Salud federal de que ninguna prueba existe de niños enfermos de cáncer estafados por el duartazgo con el agua destilada.
O si la libertad para Leonel Bustos, ex director del Seguro Social, sentenciado a 4 meses de cárcel preventiva para enfrentar la denuncia penal o que Javier Duarte cumple hoy 109 días prófugo de la justicia y ningún duartista está preso.
O si el asesinato del suplente del edil en Zongolica, tirado su cadáver semidesnudo, o los tres bancos robados en el puerto jarocho en el transcurso de la semana que camina.
O si el civil apuñalado en la comunidad “El castillo” en Xalapa o las presiones del diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, para librar la solicitud de desafuero del Fiscal.
O el pretexto de que las arcas quedaron saqueadas en tanto hay un despliegue mediático en la prensa defeña, a la que ni modo pedir fiado el servicio.
O si las 17 barbies contratadas por el director del Instituto de Pensiones para su goce visual, mínimo, o la solicitud del primer crédito a la LXIV Legislatura.
2
El duartazgo entró a la historia como un baño de sangre, cierto, pero también, por el despojo de los bienes públicos.
Y aun cuando los 8 millones de habitantes de Veracruz esperaban que la Yunicidad restableciera lo más pronto posible la tranquilidad perdida en el paraíso terrenal, desde el discurso azul mediático sólo se agita y convulsiona el odio a los antecesores y que ahora se extiende a Fidel Herrera Beltrán y Miguel Alemán Velasco.
Todo mundo soñaba, digamos, con la esperanza de un mundo pacífico, sin azuzar el rencor.
Pero el góber azul ha deseado construir su presente y futuro éxito electoral demonizando tanto al góber fogoso como al góber tuitero, pero también a Miguel Alemán, sin llegar, claro, a Patricio Chirinos.
En el Veracruz que fue gobernado por Guadalupe Victoria (1824), Antonio López de Santa (1829) y Manuel Muñoz G. (1872), la muerte sigue teniendo permiso, con todo, incluso, con el populismo, como caminar a cada rato en la calle para demorarse dos horas en avanzar una cuadra porque, ni modo, el pueblo se avalancha atrás de la figura del góber, el dador de todo.
Y más, en una Xalapa donde al momento el trascendido es el despido de unos diez mil burócratas, entre “aviadores” y personal que olía a Javier Duarte y Fidel Herrera.
Ocho semanas y media se han ido en satanizar el pasado inmediato, la llamada Decena Trágica de Veracruz, pero sin ninguna acción de gobierno que enaltezca el bienestar social.
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Un teórico de la política dice que el estadista perdona y olvida y mira para adelante en tanto el político común se venga, porque en la tarea de gobernar y ejercer el poder el odio le gana.
Por eso, habría de preguntarse si lo mejor ha sido encarcelar a César del Ángel, el líder fundador de los 400 Pueblos que a los 76 años de edad está de nuevo en el penal de Pacho Viejo, y de ñapa, todavía se paga una nota en portada defeña denunciando, ajá, que el duartazgo le pagaba 400 millones de pesos anuales “en subsidios para apoyo agrícola”.
Y, entonces, ha de recordarse la historia:
Con Fernando López Arias, César del Ángel fue un líder pacífico. Una de sus hermanas, preciosa, tenía derecho de picaporte en la oficina principal del palacio de Xalapa, y la otra, también preciosa, era novia de Sebastián Guzmán Cabrera, qepd, líder petrolero en el sur de Veracruz.
Con Rafael Murillo Vidal, del Ángel fue un hombre pacífico porque era amigo de Manuel Carbonell de la Hoz, el legendario y poderoso, poderosísimo, el más poderoso en la historia local, subsecretario de Gobierno.
Con Rafael Hernández Ochoa, Del Ángel también se mantuvo en quietud soberana.
Agustín Acosta Lagunes le envió un emisario, Ricardo Olivares Pineda, líder de la CNOP con un mensaje fatídico. “Si haces escándalo, el gobernador te mandará a matar”. Y César fue un ángel de la guarda.
Con Fernando Gutiérrez Barrios, ni se diga, líder pacífico, y más luego de que en 40 días, el llamado “Hombre-leyenda” encarcelara a un trío de caciques.
Con Fidel Herrera, sin embargo, y Javier Duarte, Del Ángel, todo indica, se puso al servicio de los dos para, digamos, demonizar a Miguel Ángel Yunes Linares.
Y ahora, la pasión volcánica arrasó con el góber azul para, digamos, vengarse, y más, luego del zipizape afuera del Congreso local.
Pero ¿será lo mejor en un Veracruz arrastrado en las pasiones desaforadas?
Y lo peor, con un tsunami de violencia, río de sangre, valle de la muerte, igual o peor que el duartazgo, pues se dijo que “en menos de lo que canta un gallo” Veracruz viviría la quietud del Golfo de México en primavera.
Por encima de todo, la tempestad huracanada se está reciclando en el día a día.