- El paraíso terrenal
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Igual que en el relato bíblico donde se pide tener fe en un mundo mejor, en el otro lado del charco, y vivir en la tierra con resignación, porque en el cielo todo será miel y el Ser Superior recompensará la pobreza y la miseria y la jodidez, el secretario de Gobernación, el presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong, ha pedido a los mexicanos “tener fe”…
Tengamos fe, dijo, en la Procuraduría General de la República, PGR, y sus acusaciones contra Javier Duarte…
Tengamos fe, entonces, y por añadidura, en que los mismos pobres entre los pobres con quienes se topó Jesús en su peregrinaje (pescadores, campesinos, indígenas, pastores, obreros, etcétera), pronto, “antes de que el gallo cante tres veces”, dejarán la jodidez en el olvido…
Tengamos fe en que el día menos pensado los seis habitantes de Veracruz que de cada diez están atrapados y sin salida en la miseria, tendrán empleo seguro y pagado con justicia y con las prestaciones sociales, económicas y médicas establecidas en la Constitución de la República…
Tengamos fe en que el medio millón de paisanos jarochos que sólo hacen dos comidas al día según el CONEVAL, pronto harán las tres comiditas para así abatir por completo la anemia y la desnutrición…
Tengamos fe en que los miles de niños indígenas que de norte a sur y de este a oeste de Veracruz van sin desayunar a la escuela y quedan dormidos en el pupitre, pronto sanarán de su herida social y sus padres, que ganan 70 pesos diarios en el jornal, recibirán el doble de aumento para mejorar su calidad de vida…
Tengamos fe en que la prostitución y la trata de blancas quedarán atrás en la pesadilla infernal que ahora viven y padecen…
“Tu fe te ha salvado” dice el relato bíblico…
ROMPEOLAS: 450 años antes de Cristo, el primer reportero del mundo, Herodoto, describía la miseria y la pobreza en sus crónicas…
2017 años después de Cristo, la pobreza sigue cabalgando entre nosotros como un Jinete del Apocalipsis, como un mal incurable de la caja de Pandora…
Carlos Marx y Federico Engels soñaron con la dictadura del proletariado para tumbar la dictadura de la burguesía…
Tomás Moro soñó con la comuna, en que todos serían felices compartiendo entre sí sus bienes, sin egoísmos ni intrigas, sin codicia ni ambiciones…
Pancho Villa y Emiliano Zapata soñaron con el paraíso terrenal para los campesinos…
Francisco I. Madero predicaba, además de la democracia política, la democracia social…
Cada presidente de la república y cada gobernador “se han rasgado las vestiduras” en nombre de los pobres…
Todos los días, en el discurso oficial, los políticos alardean que pronto habrá menos pobres y menos miserables y menos jodidos…
Un día tras otro, los medios publican notas y notas y notas anunciando el día más fascinante de la historia, el día de la humanidad, el día del ser humano, el día de la felicidad terrenal, porque todos tendrán los satisfactores básicos para vivir con dignidad…
Y no obstante el manifiesto y evidente fracaso social y económico, educativo, de salud y de seguridad, las elites políticas siguen ofreciendo las mieles… Y el colmo, el titular de Gobernación pide que “tengamos fe”…
Y se lo pide a un pueblo harto, irritado, encorajinado con la terrible y espantosa corrupción política, donde, y como dijera Enrique Peña Nieto, “nadie puede tirar la primera piedra”…
Y nadie, porque la mayoría “han ordeñado la vaca” y están igual de embarrados…
ASTILLEROS: El 23 de julio en San Antonio Texas, 40 migrantes (entre ellos, dos paisanos, originarios de Papantla, Veracruz) viajaban en el tráiler de la muerte, y en donde diez murieran asfixiados…
Uno de ellos, Mariano López Cano, de 26 años, y quien dejó a tres hijos en la orfandad y a su esposa, Beatriz López Paredes, de 24 años, y quien en los días previos a su partida, le dijo: “¡No te vayas! ¡Aquí de hambre no se muere uno!”…
Mariano migró de Papantla por la pobreza en el campo…
Su padre, Mariano López Bernabé, de 60 años, lo dijo así: “Él iba huyendo de esta situación tan crítica de falta de empleo y malos salarios” (La Jornada, Eirinet Gómez)…
Y ahora, cuando la noticia de su muerte ocupó los titulares de la prensa en América Latina, pues se trata de una realidad avasallante en el continente, habría de decirles, igual que Osorio Chong, que “tengan fe”…
Que al Peñismo todavía le falta un año y medio y las cosas cambiarán…
Y si continúan igual, que recuerden que en el otro mundo, en el más allá, todos seremos ángeles y querubines paseando en el paraíso celestial, donde nadie padecerá hambre ni frío ni angustias ni desesperaciones…
Tengamos fe, tengamos fe, tengamos fe…