Luis Velázquez | Malecón del Paseo
15 de junio de 2021
EMBARCADERO: Un montón de intelectuales y escritores, políticos, se distanciaron de Benito Juárez cuando al indito de Oaxaca le entró la tentación reelectora… Fue aquel tiempo cuando prolongó el periodo presidencial durante quince años, y que interrumpiera, porque gracias a los chamanes se le atravesó una angina de pecho que lo llevó a la tumba… De lo contrario, se habría perpetuado en el poder, digamos, y mínimo, los 33 años que su paisano Porfirio Díaz Mori permaneció en la silla imperial y faraónica… Cierto, aquellos intelectuales, “que eran hombres pero parecían gigantes”, primero estuvieron de su lado…
ROMPEOLAS: Incluso, fueron Ministros de Estado… Miembros del gabinete legal y ampliado de Juárez… Pero cuando una y otra y otra vez, etcétera, Juárez comenzó a reelegirse, entonces, se deslindaron… Y le renunciaron… Y desde el periodismo, de donde mucho eran originarios, se volvieron los más duros y rudos y encendidos y pasionales críticos… Y Juárez, “aguantó vara”… Nunca se fue contra ellos ni tomó represalias ni los intimidó desde las mañaneras…
ARRECIFES: Entre otros, los siguientes…Ignacio Ramírez, Santos Degollado, Ignacio Manuel Altamirano, Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias, Manuel María Zamacona, Guillermo Prieto, Melchor Ocampo y Francisco Zarco… El intelectual, historiador y escritor, Enrique Krauze, tan satanizado por López Obrador, dice que gracias a todos ellos, hombres ferozmente independientes, Juárez logró la vida constitucional del país más firme y consolidada… Ellos eran liberales que creían, con pasión y lealtad ciega, en la limitación del poder presidencial… Y como en el principio del mandato, Juárez creía en el Estado liberal, se le unieron… Luego, “al poco tiempo”, Juárez porfirizado, le renunciaron… Es decir, optaron por su libertad… La libertad frente al poder juarista… Y marcaron su raya…
ESCOLLERAS: Escribe Krauze en el prólogo de su libro “México, biografía del poder”, publicado en 1997, es decir, 21 años antes de que López Obrador fuera ungido presidente de la república… “Poco hubiese logrado Juárez sin el concurso lúcido y apasionado de aquellos intelectuales y políticos (primordialmente mestizos) de su generación”… El más indígena de todos, Ignacio Ramírez, El Nigromante, a quien designó Ministro de Justicia y le correspondió separar al Estado de la Iglesia… Pero más aún, expropiar los bienes de aquella elite eclesiástica enriquecida a la sombra del poder en el virreinato, trescientos años que durara aquella hegemonía…
PLAZOLETA: Insólito, nunca, El Nigromante quedó con un solo centavo a partir de aquellos bienes cuantiosos… Incluso, vivía en las goteras de la Ciudad de México en una modesta y sencilla casita… Y el día cuando falleciera lo velaron en su casa, incapaz la familia de recursos para sufragar los gastos en una funeraria… Incluso, el presidente le envió a una persona con las escrituras de una casa de regalo y dinero para cubrir el funeral y la viuda lo rechazó diciéndole que Ignacio Ramírez se lo había advertido y lo rechazó…
PALMERAS: Juárez fue un caudillo presidente… Pero también “inspiraba un fervor antiguo, inalterable, religioso, con rasgos de un tlatoani, que no escaparon a sus seguidores y sus críticos”… Su primer acto de gobierno fue, caray, vivir en el Palacio Nacional… Y el segundo, otorgar cargos públicos a sus tres yernos con sueldo jugoso para felicidad de sus hijas… Luego, inevitable en los hombres y mujeres del poder, fue embrujado por la reelección… Y fue cuando aquellos intelectuales y periodistas le renunciaron y lo abandonaron… Ahora, ya se sabe, es el héroe patrio en las mañaneras… Héroes de barro, arena y polvo…
