En la Liga MX solamente hay un rey. Así como un león domina la jungla, la sabana y todo lo que ve en ella, es Tigres el conjunto que lidera y comanda a todos los equipos del máximo circuito; al menos este domingo, es el Alfa y Omega del futbol mexicano.
Los Tigres de la UANL vencieron por 1-0 a Chivas de Guadalajara y se adjudicaron el título de Campeón de Campeones de la Liga MX en 2017, se trata nada más y nada menos que su segunda corona en fila de esta naturaleza, después de que hicieran lo propio ante Pachuca el año pasado.
Eduardo Vargas anotó el gol más importante desde su llegada al futbol mexicano. El chileno logró la única diana del partido a los 62′ gracias a una asistencia de Gignac que el andino alcanzó a puntear a pesar de perder la vertical para vencer al portero Rodolfo Cota y poner el balón en las redes por única ocasión en una noche angelina dentro del StubHub Center de Carson, Estados Unidos.
A pesar de la derrota, el Rebaño fue valiente: Matías Almeyda encaró no solamente la baja de Alan Pulido, sino la de sus elementos de Selección Mexicana que juegan Copa Oro (Marín, Pizarro, Orbelín y compañía). Por si fuera insuficiente, Oswaldo Alanís y José Juan Vázquez salieron lesionados apenas a los 27′. Fue demasiado castigo para el Guadalajara, un correcito muy cruel.
Los tapatíos iniciaron el encuentro presionando desde la salida a los norteños, quienes se mostraron muy incómodos en el campo del Galaxy, una postura que recordaba en demasía a la última Final de la Liga MX. Máxime si se toma en cuenta la falta de tino de André Pierre Gignac; el francés falló lo que nunca había fallado desde su llegada al conjunto universitario y se perdió varias acciones de peligro.