Malecón del Paseo
Veracruz.- EMBARCADERO: Mi padre fue campesino… Su padre también fue campesino… Su abuelo de igual manera… Y siempre, siempre, siempre, sin un destino social… Muchos, muchísimos de los primos se fueron de migrantes sin papeles a Estados Unidos… Algunos se quedaron y otros fueron deportados… Era el tiempo, todavía quizá en el campo, de que si uno se quedaba en el pueblo y en el rancho sólo tenía dos caminos… Uno, vivir en la jodidez, y dos, alcoholizado… El dato del CONEVAL es revelador: en Veracruz, seis de cada10 habitantes están atrapados en la pobreza y la miseria… Un millón y medio de los 8 millones de paisanos sólo hacen dos comidas al día dada la precariedad del ingreso… Las ciudades de Veracruz, Xalapa y Banderilla han multiplicado “los cinturones de miseria” como destino de la migración interior… El abuelo heredó una parcelita de 5 hectáreas a mi padre, toda pobres, sin fermentación química, donde sembraba unos surcos con maíz y frijol, la mitad de autoconsumo y la otra mitad para venderse cuando había necesidad… Tenía dos vaquitas, que cada mañana ordeñaba para la lechita de los hijos, pero que luego, en las sequías murieron… Siempre viviendo a la quinta pregunta con el día al día, consciente y seguro de que todos los días de todos los años eran adversos, y lo peor, eran los mismos, hasta que de plano, acosado por el hambre, vendió sus 5 hectáreas en una emergencia y hasta para comer, pues el hambre muchos, demasiados estragos causa… Por eso, ninguna razón existe para que cada año en Veracruz, como en el resto del país, conmemoren la promulgación de la ley agraria del 6 de enero, expedida por Venustiano Carranza como jefe del Poder Constitucionalista cuando fincó los poderes reales en el puerto jarocho…
ROMPEOLAS: Era una familia grande por los lados materno y paterno… Y todos campesinos… Pero todos, digamos, el 90 por ciento, salimos huyendo del campo… El abuelo materno, por ejemplo, compró sus ranchitos, suficientes para heredar a sus ocho hijos… Pero con un campo improductivo, sin asistencia técnica ni crediticia, vendiendo las cosechas a los intermediarios, todos de igual manera vendieron sus hectáreas… Y un día se descubrieron sin nada… Y a emplearse de jornaleros con un salario que hoy, por ejemplo, asciende a 70 pesos… Un día, la mitad del rancho había migrado, incluso, muchos sin dejar huella, cada quien por su lado, desperdigados en el mundo… Pueblos fantasmas que dejaron atrás y que nadie ha descrito mejor que Juan Rulfo con su novela “Comala” y “El llano en llamas”… La vieja hacienda porfirista de Pedro Páramo con sus sueños faraónicos e imperiales, donde hacia el final narrativo sólo se escuchaba el viento sórdido del desierto con seres fantasmales… Lo peor: desde el discurso oficial se cacarea, por ejemplo, que Veracruz es pródigo en recursos naturales, pero omiten decir que habitado por gente jodida, con salarios de hambre… Peor aún: sigue hablándose en tiempo presente de los grandes ingresos derivados de la caña de azúcar, el café y los cítricos cuando el sostén económico está en las remesas enviadas por los paisanos desde Estados Unidos… Y lo peor: la gran industria de la delincuencia organizada como una fuente de ingresos fáciles y mejores… Un solo dato estremecedor: 600 mil personas de 14 años de edad en adelante son analfabetas… Simple y llanamente, en el Veracruz de Enrique Rébsamen, Enrique Laubscher y Rafael Delgado, no saben leer ni escribir, una carga histórica que avergüenza la política educativa, sin contar el millón de paisanos con la educación primaria incompleta… Y el otro millón con la secundaria a medias… Y los 600 mil con el bachillerato a la deriva con todo y la UPAV que también lo ofrece… Y más, cuando en el discurso oficial repiten, como ilusionistas, que la educación es el eje rector…
ASTILLEROS: Van cuatro años del Peñismo y se fue, por fortuna, la pesadilla del duartazgo, y los indígenas y campesinos siguen igual… Mejor dicho, peor, porque su desarrollo quedó estancado desde hace muchos sexenios… Nada más populista que el lema de campaña electoral de Agustín Acosta Lagunes, 1980/1986, de que Veracruz era “el granero y yunque de la nación”… Nada más fatuo cuando con Javier Duarte cacareaban desde la SEDARPA que en Veracruz ni un metro de tierra quedaría sin sembrar… Nada más ofensivo en el duartazgo que Marcelo Montiel Montiel, secretario de Desarrollo Social, asegurando que “los pobres son pobres porque así lo quieren” y todavía más ignominioso que declarar a Mixtla, en la sierra de Zongolica, como un pueblo habitado por gente de clase media gracias a la esfufita ecológica, el pisito firme y el techito de lámina… El gran fracaso de la política social en un país y en un Veracruz donde doscientas familias son dueñas del 60 por ciento de la riqueza natural… Así ha ocurrido siempre y sin caer en el derrotismo, ninguna lucecita alumbra el largo y extenso túnel de la adversidad… Nada más espantoso que vivir cada día sin soñar, resignado al fatalismo y a un milagro superior que nunca llega, porque la miseria, la pobreza, el hambre y el mal karma han destruido la posibilidad… Todos los días igual de jodidos con la vida podrida…
