Solo pensar que una parte del cuerpo gire a voluntad es suficiente para experimentar terror. Ahora, imagina que a la ecuación se le agregue las palabras testículos, flujo sanguíneo, hinchazón y dolor. Para correr al médico, ¿no crees?
A lo antes mencionado se le llama torsión testicular. Enfermedad catalogada como urgencia quirúrgica debido a la interrupción del flujo sanguíneo en el escroto. Es más frecuente entre los 12 y 18 años, por lo que un diagnóstico y tratamiento oportuno son de gran importancia para preservar la viabilidad del testículo, señaló el doctor Pedro Francisco Román Zepeda.
¿Qué esperar?
No obstante, explicó, dicho padecimiento se puede presentar en cualquier edad; de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en 2018 se registraron 386 atenciones, y en lo que va del 2019, 236.
El coordinador de Programas Médicos de la División de Hospitales de Segundo Nivel del IMSS detalló que si la mala circulación de la sangre se prolonga por mucho tiempo, crea necrosis (muerte de tejido por la falta de sangre) y la necesidad de extirpación testicular.
“La torsión testicular implica el giro de una de estas glándulas sobre su propio eje, como consecuencia, se enrolla el cordón espermático e interrumpe el tránsito de sangre hacia el escroto, produciendo hinchazón y dolor intenso”, refirió mediante un comunicado.
Aunque no es claro el origen de esta patología, señaló Román Zepeda, existe un factor hereditario que hace posible el movimiento con mayor libertad del testículo dentro del escroto, lo que incrementa el riesgo de una torsión testicular.
“El padecimiento puede ocurrir incluso por la laxitud en los tejidos que fijan esta glándula dentro del escroto, por ejemplo, cuando niños o adolescentes están en reposo”, explicó.
Por ello, el especialista advirtió que ante la presencia de dolor súbito frecuente e inflamación testicular es importante trasladar al paciente a los servicios de urgencia para tratar el padecimiento mediante una cirugía llamada fijación o pexia testicular.
Recuerda, ¡jamás subestimes ningún dolor!