Texto y foto por Yerania Rolón
Cubierta de moretones, con marcas de estrangulamiento y sin algunos dientes, así le entregaron el cuerpo sin vida de la quinceañera Lorena Pérez Alba a su familia el pasado lunes 27 de febrero, después de haber estado internada en un Anexo irregular que opera en la ciudad de Xalapa.
Los familiares cuentan con un certificado de defunción de la Dirección General de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado de Veracruz, en el que un experto determina que fue asesinada mediante asfixia por estrangulamiento, asentando que además el cuerpo tenía un conjunto de traumatismos, por lo que se debe investigar como homicidio.
Sin embargo, la media hermana de la víctima, Alejandra Gutiérrez Pérez, teme que la Fiscalía General del Estado le dé “carpetazo” a este caso porque son de escasos recursos, aunque el organismo a cargo de Jorge Winckler Ortiz debe de investigarlo por oficio.
“Cuando nos entregaron el cuerpo, nos aconsejaron que no nos quedáramos callados, porque todo indicaba que la habían torturado. Sus dientes se los habían quitado como con pinzas y la quijada la tenía suelta”, relata su hermana Alejandra Gutiérrez Pérez, aferrándose con sus manos al certificado de defunción.
Con esta advertencia, Gutiérrez Pérez acudió acompañada de su esposo a la Procuraduría Estatal de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para que interviniera en la investigación al tratarse de una menor de edad.
Alejandra explica que el pasado lunes la “madrina Sandy”, como se hace llamar la encargada de dicho anexo, se comunicó con ella a las 8 de la mañana para informarle que habían trasladado a su hermana Lorena al Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio”, porque estaba grave de salud.
Al llegar, el doctor les reveló que Lorena llevaba varias horas muerta y que no había llegado convaleciente como aseguraba la “madrina Sandy”. Por esta razón, señala como culpable a esta señora de quien, lamenta, desconocen el apellido.
De acuerdo con el acta de defunción, Lorena falleció a las 5 de la mañana del mismo lunes 27 de febrero, pero “Sandy” la trasladó al hospital horas después, incluso acompañada de sus abogados, acción que para su hermana termina por involucrarla directamente en el homicidio.
“Se nos hace sospechoso que no nos llamara desde antes, además llegó al hospital acompañada de dos abogados y decía que tenía influencias. Para qué vas a decir todas esas cosas si no eres culpable”, se cuestiona Alejandra.
Con apenas 15 años, Lorena Pérez Alba había dejado la escuela y comenzaba a drogarse con limpiador de tubos y según el acta de defunción, con marihuana, cristal, resistol y activos; sus allegados creen que fue llevada a este vicio por un joven con el que salía, por eso optaron por internarla.
“No tenía ni un año que consumía drogas, apenas 6 meses. Desde que se juntó con ese muchacho ella empezó a drogarse. Primero se escondía, ya después nos dimos cuenta e intervenimos”.
Al estar a cargo de su madre y hermana, Alejandra Gutiérrez decidió llevar a rehabilitación a Lorena, pues no querían que su vida se echara a perder.
Esta era la segunda vez que la menor ingresaba al anexo ubicado en la calle Valentín Gómez Farías. La primera ocasión se internó a Lorena en octubre del 2016 y salió en enero, pero reincidió.
“Estuvo tres meses en el anexo, cuando salió la tuvimos aquí, estuvo tranquila pero recayó, por eso la volvimos a llevar. Nunca nos imaginamos que la pasaría esto, jamás sospechamos del lugar porque ya había estado ahí y no tuvo problemas, pero es ahora que ya está muerta cuando los rumores llegan”.
Confiesa que luego de la muerte de su hermana otras jóvenes se han acercado a ella y le han confesado que también fueron víctimas de malos tratos. También las quemaron, las amarraron y las medicaron hasta que convulsionaran, por lo que están dispuestas a declarar.
Alejandra y su madre están desconsoladas porque Lorena era la menor de tres hermanas y deseaban que saliera adelante y que retomara la escuela.
En un humilde terreno y dentro de un pequeño cuarto, aún queda el altar con veladoras y flores donde fue velada. Afuera del cuarto están varios animales que Alejandra cría para mantener a su familia.
Finalmente, enseña las fotos que le tomaron al cuerpo de la menor para que sirvan de evidencia para encarcelar a los culpables.
La imagen muestra a la joven vestida de blanco, con una rosa entre las manos pálidas y amoratadas. A pesar de tener unas medias, sus rodillas revelan hematomas y su cara manchas que no coinciden con una muerte natural; sospechan que les dieron de beber agua hirviendo y eso le quemó la boca.
La familia de Lorena Pérez Alba exige justicia, sabedores de que fue asesinada, ahora no quieren que esto ocurra a los demás jóvenes que ingresen a estos anexos con la ilusión de rehabilitarse y piden a la Fiscalía que no los ignoren por su condición de pobreza.