Luis Velázquez
PASAMANOS: Consulta Mitofsky ha exhibido la trácala electoral en San Andrés Tuxtla. Los Pérez Garay, dueños que se creen del pueblo, aliados con el diputado federal, Jorge Carvallo Delfín (“El hijo más ruin que he tenido” dice su padre) inventaron una encuesta, en que daban a Tavo Pérez como ganador único y absoluto para la presidencia municipal. Y ahora, ni modo, la ropa sucia fue tendida en la hoguera pública.
El director general de Mitofsky, Marcelo Ortega, lo reveló. Igual, dijo, como sucede en otras latitudes geográficas de la nación, en San Andrés les acreditaron una encuesta. Falsa de toda falsedad.
Tavo Pérez, el junior, en primer lugar, invicto. Seguido por el candidato del PRI. Seguido por el abanderado de la alianza PAN y PRD.
Se ignora si luego del desmentido, los candidatos de los otros partidos habrían, digamos, interpuesto la denuncia penal en el OPLE para transparentar la vida democrática de Veracruz…, que tanto todos deseamos.
Pero por lo pronto, vaya exhibida del lodazal.
Significa, entonces, que el clan de los Pérez Garay y Carvallo junior están desesperados porque se sienten perdidos.
Y perdidos, con todo y que luego de varios cargos públicos usufructuados al cobijo del PRI ahora el junior fue lanzado como candidato independiente, háganos favor.
La madre, ex alcaldesa y ex diputada local y federal.
El padre, QEPD, presidente municipal.
El hijo, ex diputado local.
Jorge Carvallo junior, ex diputado local y federal, ex secretario de Desarrollo Social, ex secretario particular de un par de gobernadores, con la sigla del PRI.
Ahora, con Javier Duarte durmiendo en una cama de piedra en un penal militar de Guatemala y cinco duartistas presos, todo mundo tratando de salvar el pellejo y huyendo de la maldición sexenal del tricolor.
Entre ellos, los Pérez Garay, y quienes además han quedado como unos mentirosos.
BALAUSTRADAS: El padre, QEPD, fue alcalde, y su esposa, Marina Garay, presidenta del DIF local.
Y en el viaje edilicio se le despertó su vocación social. El sacrificio por el pueblo indígena, campesino y urbano de San Andrés.
Entonces, con el trabajo público del padre se abrió camino a la alcaldía.
Y luego, al Congreso para legislar la vida jurídica de Veracruz.
Entonces, la madre quiso heredar la estafeta a uno de los hijos. Octavio.
Y Tavo llegó al Palacio Legislativo, y ahora, atrás de la alcaldía.
Tal es, diría el viejo del pueblo, la dimensión estelar del nepotismo. Heredar el poder a los hijos. El poder, usufructuado por una sola familia. El poder, con sentido patrimonialista. El poder, para cometer abusos y excesos. El Ayuntamiento, como una gran hacienda porfirista. Además, hacienda al fin, sin rendir cuentas a nadie.
Y de ñapa, utilizando el nombre de una casa encuestadora, Mitofsky, para inventar una realidad, su castillo de naipes, su mundo color de rosa.
Mitofsky ha desmentido a la dinastía Kennedy de Los Tuxtlas.
Incluso, con un manifiesto abierto el once de mayo del año que corre dirigido “a los habitantes de Veracruz” y firmado por el director general, Marcelo Ortega.
¡Vaya desvergüenza y cinismo!
Así son.
Y si así conciben la tarea de gobernar y el ejercicio del poder, entonces, y si ganaran, pobre destino social para la población… que hay bastante tela de donde cortar para la noche más oscura y siniestra de San Andrés Tuxtla con el alcalde Manuel Rosendo Pelayo y quien, de paso, también impuso su candidato priista a la silla edilicia para entregarle la estafeta.
ESCALERAS: Los Pérez Garay y Carvallo junior, peor que Gregorio Samsa convertido en insecto por Franz Kakfa. Ya exprimieron lo que podían al PRI y a pique luego del duartazgo (a quien adoraban), lo abandonaron.
Y lo peor: con todo y su pasado priista las dos familias mudadas en candidatas independientes y lo que significa el cinismo y el desparpajo, pues resulta inverosímil cambiar de ideología “de la noche a la mañana”. “Chaqueteros” les llamaban en el siglo pasado.
Nada, entonces, puede esperar el bienestar social de la población con tipos así. Menos, mucho menos, la democracia y que, ninguna duda existe, jamás les ha interesado, pues la única razón de ser en la lucha por el poder es el sentido patrimonialista.
A estas alturas era para que el CDE del PRI, Renato Alarcón (igual que Enrique Ochoa Reza con Javier Duarte y Arturo Bermúdez, expulsados del tricolor) asestara el manotazo y lanzara de su seno a los Pérez Garay (madre e hijo) y a Carvallo junior.
Pero el ex seminarista anda en otros rollos creyendo que con sus spots televisivos light ofreciendo un mundo nuevo (que nadie cree) la resurrección partidista será posible. Quizá, como Jesús perdonando el resbalón de san Pedro ante el soldado romano, estaría presto a perdonar a los hijos pródigos de San Andrés para, y de paso, ganar indulgencias.
Apóstatas, herejes, traidores y mentirosos, ¡vaya fórmula química para sobrevivir en política!