Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- 1
La figura traidora de Judas con Jesús, Victoriano Huerta con Francisco I. Madero, el general Jesús Guajardo con Emiliano Zapata y Álvaro Obregón con Pancho Villa ha encarnado en el priismo de Veracruz. Ahora, los más se acusan unos a otros de traidores.
Traidores, porque por culpa de los otros el PRI perdió la gubernatura y la mayoría en el Congreso.
Traidores, porque por culpa de ellos perdió el senador Héctor Yunes Landa ante su ex primo, Miguel Ángel Yunes Linares.
Traidores, porque por culpa de los otros… muchos priistas se transfiguraron y son candidatos de la alianza PAN y PRD, y/o de MORENA y/o del PVEM a las alcaldías, sindicaturas y regidurías.
Traidores, porque muchos se han cobijado en el Partido Verde ahora cuando el góber fogoso y su hijo son dueños de la franquicia en el territorio jarocho, y en consecuencia, las reglas del fuego cambiaron.
Antes, por ejemplo, el PVEM se adhería al PRI para sobrevivir y quedarse con las prerrogativas.
Ahora, el PRI se adhiere al PVEM, porque la población electoral está harta del priismo, debido, entre otras cositas, a los trastupijes, además, insólitos, de Javier Duarte y Karime Macías.
Traidores, porque por culpa de los desertores el tricolor está haciendo agua, o de plano, ya hizo, con una baja expectativa electoral para el 4 de junio.
Traidores, porque si antes el prófugo de la justicia desde hace 147 días los favoreció, ahora todos despotrican en su contra.
Traidores, porque antes se beneficiaron de la revolución hecha gobierno priista y ahora son renegados.
Traidores, porque basta y sobra con que en las redes sociales circulen una foto antigua y vieja donde Yunes Linares platica con un priista, en automático se vuelve Judas.
El lema universal es uno solo: Tú eres un traidor. Yo, siempre leal al PRI.
2
El destino adverso y siniestro habría alcanzado a las elites priistas.
El Día Internacional de las Mujeres, por ejemplo, un grupo de activistas de colonias populares se organizaron para festejar su día, cada uno, como en la fiesta familiar, llevando comidita.
Se juntaron unas ochocientas, muchas de ellas dirigentes en los asentamientos humanos irregulares.
Molesto, irritado, el presidente del PRI jarocho, Raúl Díaz Diez, habló por teléfono a la priista Érica Blanco y le dijo:
“¡Eres una traidora!”.
Y ella respondió:
“¿Por qué traidora, presidente, si eres el invitado especial?”
Díaz Diez reviró:
“¡Me estás dejando fuera!”.
En respuesta, el dirigente municipal organizó una taquiza en una colonia popular y sólo asistieron unas cuantas.
En contraparte, otro priista, Raúl Zarrabal Ferat, exregidor y ex diputado local, fallido aspirante a la alcaldía de Boca del Río, ha ganado entre las cúpulas el título de “traidor” porque, aseguran, tiene vasos comunicantes con los Yunes azules a través de su padre.
“Juega con fuego” dijo una priista, deseosa de que lo más pronto posible le asesten un cuartelazo, pues, además, la fuerza popular y arrastre social de que alardea le ha resultado insuficiente para reconquistar el feudo boqueño.
3
A Raúl Díaz Diez le han llamado el traidor número uno al PRI.
Se basa en lo siguiente: la franquicia del PVEM es propiedad de Fidel Herrera Beltrán y de su hijo, el diputado federal, Javier Herrera Borunda, a quien, por cierto, quiso imponer como candidato a presidente municipal de Veracruz nomás para enfrentarse una vez más a Yunes Linares, cuyo hijo Fernando se registrara como precandidato.
Según las versiones, Raúl Díaz es ahora un promotor apasionado y ciego del PVEM.
Todo, para quedar bien con el góber fogoso y su hijo, y de paso, con Carolina Gudiño Corro, la dueña de la franquicia del Partido Verde en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
Y es que el señor dirigente opera como cabildero y secretario de Relaciones Exteriores del clan priista y verde Nopaltepec.
Entre traidores, pues, te veas.
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La traición roja se fermenta con el miedo, el terror y el terror que significa la Yunicidad, que trae horrorizadas a las elites priistas, incluso arrodilladas.
Todas, intentando salvar el pellejo y más luego de la despedacería en que está Javier Duarte y el deshuesadero a que es llevada Karime Macías a partir del rafagueo mediático, sin que María Georgina Domíngue Colío, Alberto Silva Ramos y Juan Octavio Pavón, el trío de ex voceros, “meta la mano a la lumbre” por ella, digamos, en son de gratitud eterna.
Según las versiones, el miedo priista se expresa de la siguiente manera, además de los hechos y circunstancias conocidos, desde Arturo Bermúdez Zurita preso hasta Antonio Tarek Abdalá a punta del desafuero como diputado federal para llevarse a proceso penal:
Gina Domínguez, Ramón Ferrari Pardiño (cada vez con la boca más torcida) y un enviado de Tarek Abdalá desfilan en la oficina del secretario de Educación Pública, Enrique Pérez Rodríguez, para negociar su libertad.
Cierto, algunos yunistas rechazan el desfile en el Muro del Perdón del trío de duartistas, pero al mismo tiempo se asegura que andan temerosos de que pronto les aparezca un expediente negro.
La sicosis de incertidumbre por el destino inmediato (el pacto o la cárcel) y de traiciones de que se acusan los priistas ha llevado, y por fortuna, a los calambres y al pitorreo.
Así, descubrieron que si a Fidel Herrera le apodan “La nauyaca”, Yunes Linares es una áspid, la serpiente venenosa de Europa, Asia y África, con una de las cuales Cleopatra se suicidó de una mordida, aun cuando el áspid también representa a Uadyet (Bajo Egipto), la diosa del fuego incendiario.
